POTOSINAS ROMPEN ESQUEMAS

DOS JÓVENES INCURSIONAN EN TERRITORIOS USUALMENTE RESERVADOS A HOMBRES, LA BARBERÍA Y EL TATUAJE, PARA DEMOSTRAR QUE LAS MUJERES TAMBIÉN TIENEN ESPACIO AHÍ

Dos jóvenes potosinas desafían los estereotipos de género y han encontrado su lugar ámbitos que generalmente se creen reservados para hombres: el tatuaje y las barberías masculinas.  

Alejandra Rivera y Ameyelli Hernández se enfrentaron con la discriminación en aras de su búsqueda de aceptación en comunidades a menudo conservadoras. 

Ambas, con distintos medios y trayectorias, se han hecho camino en dos rubros que por muchos años se consideraron exclusivos para los hombres, pero que con talento y dedicación han logrado plasmar su creatividad en otros cuerpos. 

EL ARTE DE LA TIJERA

Alejandra es creadora y dueña de una barbería, Equis Style, en donde plasma su creatividad y estilo al crear cortes llamativos para mujeres, pero en especial para hombres.

Lleva más de 6 años en estilismo, en donde tuvo sus inicios como aficionada al trabajo de la barbería, hasta llegar a convertirse en una profesional de las tijeras y rasuradoras.

Por ello, miembros destacados de la escena hip hop local, tatuadores y otros personajes de la cultura urbana potosina la empezaron a buscar. 

Ella misma contribuye, al ser también una artista urbana.

“Mis inicios en el arte urbano, en el color y en la barbería empezaron justo en la pandemia del 2020. Como nadie podía salir de su casa entonces, comenzó esta euforia por pintarse el pelo de colores. Yo trabajaba en salones de belleza, toda mi vida he trabajado en el área de estilismo y ya tenia conocimientos previos de decoloración diseños, pero nunca había tenido la oportunidad de trabajar el área urbana hasta que mi primer cliente “formal” fue Tactos (Tactos Valenzuela), me dijo que le pintara el cabello que a su mamá le había sobrado tinte entonces pues de ahí empezó”, relata.

Para Alejandra, lo mejor de su trabajo es la posibilidad de experimentar y de explorar todo el lado creativo, jugar con los colores y con las texturas, logrando un trabajo llamativo. 

TINTA Y DISEÑOS

Ameyelli, por su parte, ha labrado un camino distinto en “Ameyelli Ink”. De aprendiz de tatuadora, pasó a tener un estudio en el que, con decisiones un tanto arriesgadas y alejándose de lo tradicional,

“Crecí toda mi vida en un mundo de hombres”, relata, “donde las señoritas teníamos que comportarnos de cierta manera correcta, entonces cuando me empecé a tatuar a los 18 años me los hacia en lugares donde se pudiera esconder, pero entre mas me tatuaba más me gustaba. Cuando empecé a tatuar me a mi misma fue cuando verdaderamente me enamoré del arte y dije quiero esto para mí”. 

De estar en un trabajo de oficina donde la mayoría de las áreas es dominada por hombres, sin oportunidades de aprendizaje para los menos experimentados, Ameyelli supo levantarse de las adversidades para poder cumplir su sueño de tatuar el cual poco a poco ha destacado. 

ESTIGMAS 

Explorar los estigmas de género en las profesiones de tatuadoras y barberas en San Luis Potosí es crucial para entender los desafíos que enfrentan estas mujeres. Para Alejandra Rivera, la escena de las y los barberos en San Luis Potosí se encuentra encasillada en la identidad de los géneros pues para ella el considerarse barbero o “lady barber” es una comparación sin fundamento pues todos desarrollan el mismo trabajo, pero con diferente estilo tanto en barba como cejas y cabello.

Otro de los temas por lo cuales las mujeres barberas han tenido que lidiar con estereotipos. Alejandra mencionó que en una sociedad cerrada pueden llegar a restar importancia a su trabajo.

Señala que la sociedad todavía tiende a asociar ciertos trabajos, como el tatuaje y el cuidado del cabello, con la masculinidad, lo que puede llevar a prejuicios y discriminación hacia las mujeres que eligen ingresar a estos campos. 

AMBIENTE RELAJADO

En el caso de Ameyelli, en un rubro tan abierto como lo es el tatuaje le resultó más sencillo encajar, pues ya existían mas mujeres artistas del tatuaje en la escena, lo cuál resultó un tanto sencillo para darse a conocer más rápido en el mundo del tatuaje, pues de pasar de un entorno hostil el cual recibía críticas y reclamos por parte de sus compañeros, Ameyelli encontró un ambiente de trabajo ameno y equitativo tanto para hombres como mujeres. 

Las mujeres tatuadoras y barberas desafían activamente estos estigmas, mostrando su habilidad y destreza en sus oficios y redefiniendo lo que significa ser una profesional en estas industrias. La representación y visibilidad de las mujeres en estos campos han ayudado a desmantelar estereotipos de género y promover la diversidad y la inclusión. 

TRAYECTORIA 

El proceso de formación y capacitación para estas mujeres, desde la adquisición de habilidades técnicas hasta la construcción de redes profesionales no ha sido sencillo.

“Yo empecé a practicar con una máquina para tatuar que me compré”, dijo Ameyelli Hernández, no sabía ni usarla, pero dije bueno ya estoy aquí y empecé a practicar y practicar y era prueba y error y con la piel sintética que usa para aprender a tatuar, pero no era lo mismo que con piel humana, entonces mis amigos me empezaron a decir que practicara en ellos y la verdad al principio fue frustrante por qué no sabía si lo que estaba haciendo estaba bien, fue pura práctica y error”.