Recuperan uso prehispánico del barro para elaborar joyas

Paola Pastrana rescata el método tradicional y crear joyería artesanal para cualquier atuendo

Acapulco. - La cultura mexicana se ha destacado por el uso tradicional del barro, desde la aparición de la ciudad prehispánica de Teotihuacán, donde se utilizaba para esculturas, adornos y vasijas, hasta las innovaciones de hoy en día en sectores como el de la joyería.

Paola Pastrana, una joven originaria de Ciudad de México y orgullosa de sus raíces afromexicanas, revolucionó la joyería en el sureño estado de Guerrero ya que con poco barro, pintura e imaginación creó obra artesanal que puede ser usada con cualquier atuendo.

Collares, pulseras, aretes y anillos de barro es lo que la joven trae dentro de sus colecciones, destacando los pequeños detalles en cada una de sus piezas que miden entre los 3 y 5 centímetros, como las pestañas, los dientes o el diseño de los accesorios de estos.

Entre los muchos diseños que ha realizado la artista, uno de los más cotizados es la máscara del Jaguar de Zitlala, un atuendo ancestral guerrerense utilizado en la época prehispánica por los guerreros del municipio durante sus cruentos combates. También tienen enorme éxito las catrinas, figuras de mujeres esqueléticas que popularizan Día de Muertos mexicano del 2 de noviembre, y una máscara dedicada a la Luna.

Uno de los diseños más exóticos que resalta en su colección es la cara de dos personas de perfil que cada vez que se mueven simulan darse un beso. “Me gusta muchísimo la cultura mexicana, creo que es una forma de dar identidad y la joyería que llevas contigo es lo que te representa”, comentó la artista, quien busca resaltar la belleza de la cultura mexicana.

A pesar de ser figuras pequeñas, tienen un diseño tan detallado y personalizado que Pastrana tarda unos siete días para elaborarlas, pues la producción consiste en moldear la figura, hornearla y dibujar cada uno de los detalles. “Cuando algo te gusta, aunque la gente te diga que te vas a morir de hambre, si de verdad es algo que te apasiona, no te detengas”, aseveró contundente.

Aunque de pequeña sus sueños artísticos se vieron frustrados, al tener la presión de estudiar una profesión que fuera bien remunerada, después decidió hacer lo que gustaba.

A los 21 años comenzó con la técnica de repujado en aluminio con pintura y grabado, pero luego de un tiempo se dio cuenta que la escultura era lo que más le apasionaba, por lo que empezó a perfeccionar los métodos que utilizaba.