En el año 1974 Rolando Jiménez Turégano participó en el programa de televisión nacional “El gran premio de los 64 mil pesos”, un famoso concurso de preguntas y respuestas de cultura general.
Este programa manejaba un concepto que simbolizaba la idea de que alguien común podría obtener una gran fortuna a través del conocimiento.
El programa dejó una huella en la cultura popular mexicana y es recordado como un hito de la televisión de entretenimiento en la década de 1970 convirtiéndose en un fenómeno de la televisión mexicana y un referente de la época.
Jiménez Turégano, al igual que muchas personas de la época fueron motivadas por su conocimiento en algún tema en específico que los llevaría a adquirir una gran cantidad de dinero, es así como quiso demostrar todo lo que conocía del reconocido pintor barroco Rembrandt van Rijn, considerado uno de los más grandes maestros de la pintura occidental debido a su habilidad excepcional para capturar la complejidad de la condición humana.
Hasta la fecha Rolando ha sido coleccionista de piezas alrededor del pintor, la cual se ha convertido en un acervo personal que puede conocerse en el Museo Francisco Cossío, mismo en el que Jiménez Turégano dio una charla, en la que, además de relatar su experiencia como participante del concurso de trivias, un evento que marca parte importante de la cultura popular, habló acerca de este consolidado artista en el mundo del arte pictórico.
El expositor explicó que las obras de Rembrandt se diferencian por su dominio del claroscuro, una técnica que juega con los contrastes de luz y sombra, lo que le permitió otorgar a sus obras una profundidad emocional y dramática que las hizo destacarse. A través de su enfoque innovador, Rembrandt logró representar no solo la apariencia externa de sus sujetos, sino también su mundo interior, logrando una conexión única con el espectador.
El artista sigue siendo aclamado por su capacidad para plasmar la psicología humana en retratos, autorretratos y escenas históricas y bíblicas, lo convirtió en un referente fundamental en el desarrollo de la pintura de retrato y en el arte en general, lo cual se refleja en las y los fervientes fanáticos que sigue conservando hasta la actualidad.