La conferencia Peregrino y corpóreo. San Francisco de Asís de Real de Catorce desde la devoción y la tradición oral se llevó a cabo en el Museo Regional Potosino como parte del ciclo Diálogos con el Centro, organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia a través de su Centro SLP.
La charla estuvo a cargo de la antropóloga Dulce Azucena Rodríguez López y se centró en las formas locales de vivir y narrar la devoción a San Francisco de Asís en Real de Catorce.
Desde el inicio, la ponencia planteó una lectura que desplaza la figura del santo del ámbito estrictamente religioso hacia el terreno de la experiencia cotidiana. A partir de testimonios orales, relatos de peregrinos y prácticas observadas en la región, se abordó cómo San Francisco es concebido como un ser cercano, caminante y presente, cuya devoción se construye a través del cuerpo, el desplazamiento y la palabra compartida.
Uno de los ejes centrales fue la peregrinación entendida como una práctica corporal que articula fe, memoria y territorio. La antropóloga explicó que el acto de caminar hacia Real de Catorce no solo responde a una promesa religiosa, sino que activa un conocimiento del espacio que se transmite de generación en generación. El cansancio, las heridas, el clima y el trayecto forman parte del sentido de la devoción y quedan inscritos en los relatos de quienes participan.
La charla también se detuvo en la tradición oral como un archivo vivo que da forma a la imagen del santo. Historias de apariciones, favores concedidos y encuentros inesperados circulan entre habitantes y visitantes, construyendo una narrativa colectiva donde San Francisco aparece como protector, guía o acompañante. Estas versiones no son homogéneas, sino que se adaptan al contexto, al narrador y a las experiencias personales.
Se expuso que la devoción a San Francisco de Asís en Real de Catorce no puede entenderse sin considerar la relación entre cuerpo, paisaje y relato. Lejos de una devoción fija o institucionalizada, se trata de una práctica en constante movimiento, sostenida por la memoria oral y por la experiencia física del peregrinar, donde la fe se vive y se cuenta desde el territorio mismo.