Y un Nobel más para una mujer... ¡ahí la llevamos!
A pasos de caracol, pero parece ser que un rayo de luz apunta hacia toda esta ola de mujeres escritoras que, como se dice coloquialmente, ¡la rompen!.
La surcoreana Han Kang de solo cincuenta y dos años (joven para la academia sueca) ha recibido este jueves diez del mes diez (o sea, anda de suerte) el prestigioso Premio Nobel de Literatura a lo extraordinario de las letras universales. Y la mejor noticia es que sus libros sí están en librerías, sobre todo en las más bonitas de México, esas amarillitas.
Pero el punto es que de nuevo el factor sorpresa se generó en esta edición del 2024, ya que una mujer de oriente deja otra vez tristeando al club de fanáticos de Murakami (que yo también lo quiero) y al que en los últimos años ha tomado revuelo, el rumano Mircea Cartarescu.
En lo personal, me agrada mucho este reconocimiento, y mis acciones inmediatas, en el lapso de que amanecí al tiempo en lo que escribí esta nota, fueron las siguientes: 1) corrí para ver si teníamos sus libros, lo que confirmé, ya que estaba publicada en español y que los rapto inmediatamente, con el único poder que tengo de entrar a mi paraíso laboral y apropiármelo. 2) De ver noticias, sobre todo de España, donde la escritora Kang es muy leída y conocida en el público de nuestra lengua.
Con el mero hecho de que es una escritora que teje sus argumentos con las temáticas que se desbordan en la literatura contemporánea, sobre todo escrita por mujeres, me di cuenta que una vez más la naturaleza, las especies animales y nuestro cuerpo se interrelacionan de una manera tan profunda e inherente a ellas.
Estamos volviendo a lo básico, al origen, a nuestra gran casa, la naturaleza, según lo expresa en su novela "La vegetariana" que es también Premio Booker Internacional en 2016 y eso es mucho qué decir. Y traigo este tema porque hace algunos días estuvimos en diálogo con Ulises Escobedo, un joven formado en literatura que devora mujeres escritoras, sobre todo latinoamericanas, y comentábamos el tema tan actual de la eco crítica, que es una corriente donde los temas principales del hecho literario o de las artes tienen que ver con la conciencia del cuidado del planeta y busca que el lector recree una mirada reflexiva sobre nuestra especie en relación con las plantas y animales, porque con cada uno de estos seres, desde el más microscópica hasta el megalodón, nos encontramos en interrelación cesante y codependiente.
Las poderosas escritoras latinoamericanas como Samanta Schweblin, Fernanda Trías, Gisela Leal, Mariana Enríquez, Mónica Ojeda, entre otras, surfean en la potente ola de escritoras con un nivel de conciencia elevado, y este reconocimiento a Han Kang nos voltea a la mirada hacia oriente y nos recuerda que habitamos el mismo planeta y que las latitudes se difuminan: en oriente, occidente, en el norte y en el sur, el planeta es el mismo, nuestro hogar, al que hemos descuidado y a diario se se manifiesta.
Así que, adentrémonos en esta propuesta literaria de una escritora que marca una diferencia porque es el primer premio Nobel de Literatura para Corea del Sur, con cincuenta y dos años es de las más jóvenes al recibir el premio (lleva la batuta Rudyard Kippling con cuarenta y uno) si consideramos que el promedio es mayor a sesenta.
Y lo mejor de todo, es que sus libros ya están traducidos al español, por lo que solo bastará poquita voluntad para hacerse de una de estas novelas de Kang.
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