La película Sujo, dirigida por Fernanda Valadez y Astrid Rondero, es un conmovedor relato que se aleja de las narrativas convencionales sobre violencia en México y será proyectada por la Cineteca Alameda con funciones los días 09 de diciembre a las 17:30 horas, 10 de diciembre a las 20:00 horas y el 11 de diciembre a las 15:00 horas.
Este coming-of-age no solo denuncia la cruda realidad que enfrentan muchas comunidades, sino que también ofrece un espacio para la introspección y la posibilidad de un futuro distinto para aquellos atrapados en contextos de crimen y desesperanza.
El filme sigue la vida de Sujo, el hijo de un sicario, a través de tres episodios que representan momentos clave de su crecimiento. Esta estructura, similar a una novela de formación, permite explorar cómo el personaje atraviesa la niñez y la adolescencia, mientras lidia con un entorno que amenaza con definir su destino. Sin embargo, lejos de centrarse únicamente en la violencia, Valadez y Rondero despliegan una mirada empática y poética, en la que las figuras femeninas, como su tía Nemesia, se convierten en faros de esperanza y transformación.
Visualmente, la película destaca por su delicada fotografía naturalista, que se fusiona con un simbolismo casi onírico en momentos clave. Estas escenas, más introspectivas y espirituales, exploran el lado más humano de Sujo, un niño cuya inocencia contrasta con el peso de su herencia familiar.
Lo que hace especial a Sujo es su capacidad de transmitir dolor y esperanza sin recurrir a la violencia explícita. En lugar de ello, la narrativa se centra en las secuelas emocionales, las relaciones y los silencios que marcan a los personajes. Con este enfoque, Valadez y Rondero le otorgan voz a generaciones que crecen en el abandono y la incertidumbre, pero que aun así encuentran una manera de construir su propia identidad y desafiar las circunstancias impuestas.
Sujo no solo invita a reflexionar sobre el contexto de violencia en México, sino que también recuerda que, aunque nacer en un entorno roto pueda parecer un destino irrevocable, siempre existe la posibilidad de redimirse y elegir un nuevo camino.