Verónica Merchant impartirá el taller de elaboración de piñatas en la Casa de Cultura del Barrio de San Sebastián, del 12 de noviembre al 03 de diciembre los martes y viernes en horario de 8:30 a 10:30 horas.
El material que debe llevar cada persona al curso es papel periódico y globos.
La piñata es uno de los elementos más coloridos y simbólicos en las festividades mexicanas, especialmente durante la temporada decembrina, cuando se realizan las posadas. Originarias de China, donde se usaban en festividades agrícolas para celebrar la llegada de la primavera, las piñatas llegaron a México en el siglo XVI a través de Europa.
Fueron adoptadas por los misioneros españoles como herramientas de enseñanza religiosa, adaptándose al contexto cultural mesoamericano para simbolizar la lucha contra el pecado y el mal. Desde entonces, han evolucionado hasta convertirse en un símbolo de alegría, esperanza y unión durante las celebraciones navideñas y otros eventos especiales.
Durante las posadas, que se llevan a cabo del 16 al 24 de diciembre, las piñatas representan la lucha entre el bien y el mal, siendo el clásico diseño de siete picos el más significativo. Cada pico simboliza un pecado capital, y al romper la piñata, los participantes expresan el triunfo de la virtud sobre el vicio.
Cegarse para romperla simboliza la fe ciega en la lucha contra el pecado, y la caída de dulces y frutas representa las recompensas espirituales. Así, romper una piñata durante las posadas se convierte en un acto simbólico de purificación y fe, además de un momento de diversión y convivencia familiar que une a generaciones.
Con el paso de los años, ha adoptado múltiples formas y significados, convirtiéndose también en una pieza artesanal con gran valor cultural y estético. Más allá de las posadas, la piñata se ha integrado en festividades como cumpleaños, bautizos y otras celebraciones, donde se llena de dulces y juguetes, manteniendo su esencia de alegría y generosidad. n cada festividad, la piñata es una muestra de cómo la cultura mexicana ha fusionado tradiciones y significados para crear un símbolo propio que combina espiritualidad, alegría y color, perdurando hasta hoy como una tradición que es parte esencial de la identidad y del folclor mexicano.