En una entrevista para Pulso Diario de San Luis la escritora Verónica Murguía y el escritor Enrique Serna compartieron puntos de vista sobre la búsqueda de la vocación en una era de presiones constantes y la dualidad de las redes sociales en el ámbito literario.
Murguía dio una confesión significativa sobre que tiende a tardarse mucho en todo, pues comenzó a escribir a los 28 años, un hecho que considera "tardío" según los estándares actuales, aunque para ella, fue el momento preciso, mencionando que "Fue tarde en general, o sea, fue tarde para como la gente lo siente, sobre todo ahora, pero para mí fue en el momento preciso".
Reflexionando sobre este "frenesí productivo" donde se valora más el éxito temprano y cuantificable que el desarrollo personal. Verónica subrayó que encontrar la vocación no debe medirse por la rapidez, sino por la autenticidad y la felicidad que se alcanzan al hacerlo.
Resaltó también la presión impuesta por la narrativa de éxito juvenil, muchas veces irreal y fomentada por redes sociales. "Uno no es una mercancía, es una persona", afirmó con contundencia, poniendo en el centro la importancia de priorizar el bienestar sobre los logros que se presentan como ideales superficiales.
Serna reflexionó sobre la dinámica de las redes sociales en la cultura contemporánea. Comparándolas con el "desolladero" que en su momento representaban ciertas secciones de suplementos culturales, señala cómo estas plataformas amplifican las agresiones anónimas y la crítica sin fundamento.
Sin embargo, reconoce también su potencial como herramientas de difusión cultural, en particular para la poesía joven, que encuentra en ellas un escaparate accesible y global.
Por su parte, Enrique Serna lamenta que el valor de la crítica literaria pueda perderse en este entorno, donde las descalificaciones impulsivas prevalecen sobre los análisis argumentados. Aunque critica la toxicidad inherente a estas plataformas, no niega su capacidad para democratizar la publicación, especialmente en géneros como la poesía.
Ambos escritores coinciden en que la sobreexposición en las redes sociales y la presión por destacar pueden desvirtuar el propósito de la creación literaria.
Para Verónica, el hallazgo de su vocación llegó cuando debía llegar, desafiando la narrativa de urgencia que domina el discurso actual. Enrique, por otro lado, destacó la necesidad de responsabilidad y rigor en el uso de las redes sociales, especialmente en el ámbito cultural. Estas reflexiones no solo invitan a replantear el papel de la literatura en un mundo acelerado y digitalizado, sino también a valorar los caminos individuales hacia la creación y el pensamiento crítico.
La literatura, como espacio de libertad y cuestionamiento, sigue siendo un refugio necesario frente a la inmediatez y la superficialidad de las tendencias modernas.
Verónica y Enrique son invitados por el XVII Festival Internacional Letras en San Luis que concluye hoy, y participaron en la firma de libros en la librería Gandhi del Centro Histórico, así como en lecturas magistrales en las distintas sedes del festival.