Visión del día de muertos en la Huasteca

Joel Lara González presentó la conferencia “Inihuantih ualauiya tech paxalotih. Ellos vienen a visitarnos”, en el Museo Regional Potosino, dentro del marco de las actividades dedicadas a las tradiciones del Día de Muertos entre los pueblos originarios de México. La charla abordó las prácticas rituales de los nahuas de la Huasteca y la relación simbólica entre los vivos y los muertos durante esta festividad.

El investigador explicó que en la región huasteca la conmemoración se conoce como Miskailwit o Chantolo, considerada una de las celebraciones más relevantes dentro del calendario ritual. Detalló que el ciclo inicia el 29 de septiembre con la ofrenda a San Miguel, momento en que, según la tradición oral, los difuntos salen del cerro para comenzar su visita al mundo de los vivos. 

A partir de esa fecha, los domingos siguientes se preparan los altares y mercados para recibirlos, culminando con el levantamiento del arco el 30 de octubre, estructura que simboliza el portal por el cual las ánimas adquieren materialidad.

Durante su intervención, Lara González explicó que las ofrendas varían según los días dedicados a los niños, adultos y ánimas solas. Cada elemento tiene una función simbólica, desde el copal que purifica el camino hasta el arco adornado con flores, frutas y prendas nuevas que los muertos “estrenan” durante su visita. El antropólogo destacó que el Miskailwit no sólo celebra la memoria, sino la convivencia entre generaciones, pues los vivos comparten comida, música y relatos con quienes regresan temporalmente del Mictlan.

El conferencista también se refirió a las danzas y juegos tradicionales como una expresión de continuidad espiritual. Los danzantes, explicó, prestan su cuerpo a los ancestros a través de oraciones y rituales previos, transformándose en portadores de su presencia. 

Lara subrayó que el ciclo concluye el 30 de noviembre, día en que las ánimas emprenden su regreso al mundo de los muertos. En esa fecha se retira el arco y se agradece con copal y oraciones por la visita recibida. La conferencia ofreció una mirada antropológica a una de las tradiciones más representativas de la huasteca, mostrando cómo la muerte, lejos de ser ausencia, continúa siendo una presencia viva dentro de la memoria ritual.

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