Beneficios de la cuarentena Obligación irrenunciable

La pandemia fue un excelente pretexto para que el Congreso del Estado evadiera la responsabilidad de develar una de sus informaciones más sensibles: el de sus gastos.

Hasta la semana pasada, el Legislativo había omitido publicar en la Plataforma Estatal de Transparencia sus listados de cheques correspondientes a marzo, abril y mayo.

Y no es que se tratara de una situación generalizada para toda la información del Congreso, dado que la información menos trascendente venía publicándose en los plazos usuales. Ocultar la lista de cheques fue una decisión totalmente deliberada.

Ahora que están a la vista, resalta que aún en el largo periodo de inactividad que ha tenido el Legislativo, cuatro diputados no han desaprovechado la oportunidad de beneficiarse de la generosidad del Congreso, con el erario, desde luego, para hacerse de préstamos y adelantos de sueldo.

Y entre ellos, destaca Pedro César Carrizales Becerra, el que abjuró de la política, pero parece que no de sus beneficios.

Cándido Ochoa, Edson Quintanar y Alejandra Valdez completan la lista que confirman la ya añeja certeza de que los diputados están entre los funcionarios públicos más privilegiados de San Luis.       

Quizá en la Secretaría de Salud no lo entiendan, pero sus obligaciones no son renunciables. Desde luego que la prioridad es la vida y la salud de la población, pero no se puede pedir que la fiscalización del ejercicio que hace del erario se detenga a fin de “no distraer” la atención de su titular.

Cuestionar la transparencia y la legitimidad de las contrataciones que ha hecho a un grupo empresarial que ha incurrido en sospechosas maniobras para obtener millonarios contratos es una actividad que no conoce de calendarios.

Sobre todo porque no se trata de la única anomalía detectada en el manejo de recursos por parte de la Secretaría. Las mismas dependencias han hecho públicas tales anomalías. Aducir que cuestionar las mismas es una distracción suena más como un intento de evadir las preguntas incómodas.  

Ayer, el Comité Municipal de Seguimiento y Asesoramiento del COVID-19 reveló que en la capital, se había detectado un 70 por ciento de incremento de la movilidad ciudadana en la capital.

Mientras que el reporte más reciente del Conacyt sobre este tema ponía a San Luis con una reducción de 39 por ciento, una de las siete más bajas del país.

Lo que dicen las estadísticas se refleja claramente en las calles de la capital: están abarrotadas y la mayoría de la gente actúa como si no hubiera una pandemia.

Así que no es extraño que la incidencia de COVID se dispare. Tiene a su disposición un amplio campo para reproducirse.

El mundo político tuvo ya su primera víctima de la enfermedad, el alcalde de Vanegas, Josué Martínez, no resistió el trayecto al hospital y murió en la ambulancia que lo transportaba. Descanse en paz.

¡HASTA MAÑANA!