A la alcaldía de la capital ya le empieza a pegar la disminución presupuestal por la declaratoria de independencia de la Delegación de Pozos, forzada por el Congreso del Estado y por la promoción del gobierno estatal en atención a una solicitud ciudadana que ya llevaba más de 25 años en el tintero. Lo cierto es que ese municipio ni siquiera ha generado su propia recaudación, pero ya representa un boquete presupuestal para la capital. Apenas lleva 13 días cobrando sus ingresos propios con el Impuesto Predial y es hora de que ni siquiera se sabe exactamente de qué tamaño estará el agujero financiero. Por lo pronto la capital ya empieza a sufrir con el dinero de gasto en materia de infraestructura, mientras Pozos apuesta por tener viajeros frecuenta entre sus funcionarios.
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Quizá los funcionarios, los planeadores del ejercicio del presupuesto y los responsables de recursos humanos y materiales, es decir la Oficialía Mayor, tardarán tiempo en acostumbrarse a que no contarán con los millones planeados en el presupuesto de 2024, cuando la creación del municipio de Pozos apenas estaba en puerta y los políticos sólo pronunciaban discursos de promesas, pero no habían aterrizado nada, hasta que se precipitó la decisión en el Congreso y el municipio 59 ya causa apuros financieros. Tal vez por ello, es que estén aplicando montos más elevados en el Impuesto Predial, sobre todo en la Zona Industrial, de donde ya suenan las voces de los inconformes.
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Algo no está funcionando en las cuadrillas del organismo operador Interapas. Ya son más frecuentes las ocasiones en las que vecinos de colonias se comunican y lo único que reciben es un kilométrico número de reporte. Un ejemplo, es una fuga de aguas residuales en la calle Cuenca del Pacífico y la intersección con la calle Cañón del Colorado en Villas de Cactus en Soledad de Graciano Sánchez. Lo cierto es que desde el Ayuntamiento de Leonor Noyola Cervantes, promovió la morosidad de los pagos, pero también es verdad que los usuarios del agua potable y los vecinos no tienen la culpa de las intransigencias de los políticos.
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Está claro que los diputados no leen ni lo que aprueban alzando la mano, y un ejemplo es que la Ley de Ingresos de la Alcaldía de la capital armó tal escándalo, que toda la grilla sirvió como cortina de humo para que el gobierno del estado clavara el control vehicular y alguno que otro nuevo impuesto, mientras en la Alcaldía, el proyecto de dictamen no leído, para el que los legisladores tenían instrucciones de ensañarse, consideraba incrementos en impuestos territoriales hasta de trescientos por ciento para la industria instalada en los parques. Es cierto que las empresas producen grandes volúmenes incluso para exportación, pero cualquier incremento a las contribuciones les obliga a modificar sus finanzas, o tal vez hasta se inhibe la inversión.
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El comentario surge a propósito de que ya hay varios pronunciamientos de principales actores, en el sentido de alzar la mano para que en los parques industriales de San Luis Potosí, el Gobierno Federal y las inversionistas privadas aprovechen las ventajas competitivas de ubicación, para instalar la primera línea de ensamble de tamaño mayor, de los vehículos eléctricos Olinia.
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¡HASTA MAÑANA!