La derrota, sobre todo una electoral, es huérfana. Sonia Mendoza, la candidata del Partido Verde Ecologista de México a la alcaldía capitalina fue la única que se quedó abajo del carro completo que logró su partido en el estado y ya se empieza a ver cómo la están dejando de lado.
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Pero resulta interesante saber por qué no compró boleto para subirse al auto victorioso.
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Y una aproximación pudiera estar en las cifras del Ceepac, preliminares todavía, pero que permiten un atisbo.
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Centrados en la geografía capitalina, los resultados que obtuvieron Morena, el Verde y el PT en las elecciones celebradas ayer, los partidos que postularon a la expanista no fueron homogéneos.
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La palma se la llevó la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo, que obtuvo 192 mil 450 votos en la capital; los dos distritos federales en juego quedaron muy cerca, pues generaron 188 mil 015 votos.
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Mientras que los siete distritos locales dejaron 154 mil 648 sufragios. La senaduría generó menos en la capital, pues ahí la cosecha bajó a 122 mil 747 votos.
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Y esa fue la única votación que Sonia Mendoza superó, pues reunió 142 mil 647 votos.
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¿Por qué una misma coalición se quedó a casi 50 mil de la cosecha presidencial, 45 mil de la de los legisladores federales, y 12 mil de los diputados locales?
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Hubo voto diferenciado, indudablemente, y que esto ocurra en un movimiento monolítico, que ha sido diseñado para actuar de manera coordinada, llama la atención.
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O probablemente, esa pudiera ser una explicación, no sólo por el caso de Sonia Mendoza. La candidata morenista a la senaduría, Rita Ozalia Rodríguez, en teoría aliada, y en Matehuala, el candidato a alcalde Alejandro Segovia.
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En dos intentos, la alianza entre el PAN y el PRI no podría presumirse como exitosa. Las otrora dos más poderosas fuerzas políticas en la entidad no pudieron, juntas, ganar una elección de gobernador ni impidieron la cesión de la mayoría de los cargos legislativos estatales y federales.
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Perdieron buena parte de las alcaldías que han estado en juego y se aferran a los últimos clavos ardiendo que les quedan: la capital, sobre todo, y Matehuala, que la retuvieron pese a una ofensiva estatal que les derribó al alcalde original. La senaduría de Mariana Rodríguez completaría los escasos logros aliancistas en esta elección.
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Y bajo ese panorama, ya empiezan a surgir los cuestionamientos sobre si conviene mantenerla. Rubén Guajardo, el diputado local que logró la reelección, sugirió que la unión ya cumplió su ciclo y que habría que darle fin.
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Así, le llegó al PRI y al PAN la hora de hablar del tema. Desde luego, que depende de las dirigencias nacionales, que tienen el control desde la CDMX. La vuelta en U que dieron la candidata perdedora Xóchitl Gálvez y sus partidos impulsores al pasar de la aceptación del resultado a su impugnación, sugiere que en las cúpulas, el fin de la alianza no está a la vista.
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Pero el tema ya está en el aire.
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¡HASTA MAÑANA!