La “normalidad” de vivir entre el COVID

Con tres fallecidos en un solo día, el estado de San Luis Potosí inicia una peligrosa curva ascendente de contagios del coronavirus COVID-19. La enfermedad que ya ha cobrado la vida de centenares de miles de personas alrededor del mundo, exige medidas extremas para disminuir los contagios a un mínimo controlable a través de los meses, en tanto se encuentra disponible la primera vacuna. Sin embargo, sucede justamente lo contrario.

Situaciones accidentales en algunos casos y falta de precaución en otros, han provocado un poderoso ascenso en los contagios en nuestro país, con cifras de fallecidos que ya superan incluso a China, el país de donde fue enviado el virus al resto del mundo. La enfermedad ha costado la vida por igual a ciudadanos de actividades comunes que a personajes del deporte, de la vida política e incluso grandes compositores.

El escenario de peligrosidad de los contagios parece pasar a segundo término, cuando este lunes la ciudad amanecerá con niveles de movilidad tan altos que no eran vistos desde el mes de marzo pasado. En esa “normalización”, que más bien parece consejo de un mal asesor, la Zona Industrial recibe por primera vez en casi dos meses alrededor de 20 mil trabajadores que se incorporan a labores de mantenimiento de maquinaria que no debe deteriorarse, porque de lo contrario su reparación o reposición requeriría una inversión multimillonaria.

La ocasión abre la oportunidad para conocer el nivel de inteligencia de los servidores públicos. Algunos han tomado decisiones correctas para evitar el contacto con medidas de aislamiento social que por ejemplo, poco a poco se vuelven a España a la vida normal. Sin embargo, en México, las decisiones van desde muy positivas hasta aquellas que prometen consecuencias negativas. El distanciamiento social ha constituido una de las campañas más efectivas para bajar el índice de contagios. Sin embargo también se aprecia la falta de preparación o debilidad de las autoridades para imprimir su fuerza sobre situaciones de relajamiento del distanciamiento social. Retrasar la emisión de lineamientos de filtros sanitarios  dificulta la difusión con prontitud. Esos lineamientos no eran para ayer; eran para hace meses, en las fechas del inicio de la pandemia.

Otras decisiones rayan en lo irresponsable, como aquellas donde algunos comerciantes pueden seguir vendiendo productos innecesarios en la vía pública, sin ningún control. En el pasaje Bocanegra de la capital potosina, una familia de dirigentes de vendedores controla puestos ambulantes de ropa de manufactura barata, cintas de zapatos, plantillas y cuenta la leyenda que hasta mercancías apócrifas, y nadie les pone freno, a pesar de encontrarse muy cerca de oficinas de autoridades.

En menudo lío se ha metido un agente de la Policía Municipal capitalina acusado de desvalijar un automóvil en el muy desatendido municipio de Soledad de Graciano Sánchez. De ser ciertas las declaraciones del afectado, su proceder será un indicio de que ni con exámenes de control de confianza, policías municipales y de otros diversos niveles son confiables para prestar su servicio. En los dos municipios conurbados han surgido casos de policías acusados de robo, homicidio, secuestro y extorsión. Ambas alcaldías y las autoridades estatales tienen poco para curarse en salud en materia de seguridad, y están llamadas a una profunda revisión del perfil de los elementos en sus cuerpos policiales.

¡HASTA MAÑANA!