Desde hace mucho tiempo se venía sospechando de la nomenclatura delictiva con la que el gobierno federal y las administraciones estatales. Siendo la incidencia delictiva un tema tabú para los gobiernos estatales, era de esperarse que habría gobiernos que maniobrarían para aminorar lo más posible su impacto en la opinión pública.
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En los reportes que mes con mes publica el Sistema Nacional de Seguridad Pública, que se alimentan de las cifras que les aportan las fiscalías y procuradurías estatales, aparece al fondo de cada categoría delictiva el concepto de “otros delitos”, que casi siempre son más numerosos que los crímenes individuales.
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Esa es una herramienta muy útil para las autoridades, porque se convierte en una caja negra en donde se pueden “esconder” los números incómodos.
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Eso parece haber confirmado el Observatorio Nacional Ciudadano cuando detectó el año pasado que los muy impactantes casos de secuestro colectivo en Matehuala, donde entre 100 y 150 personas, casi todos migrantes, fueron plagiadas, no se reflejaban en las cifras del SNSP.
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Una noticia que alcanzó resonancia mundial no tuvo el mismo impacto numérico, En junio del año pasado el ONC indagó, vía una solicitud de transparencia, por qué pasaba esto.
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Y descubrió el malabarismo numérico con el cual se minimizaba al extremo la situación. Mientras que en abril de 2023, la cifra de víctimas de plagio era sólo de 10, los reportes hablaban de 214 casos encerrados en la categoría de “otros delitos”, y un rapto.
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El ONC destapó la caja de Pandora al pedir un desglose de esa categoría, lo que demostró dos cosas: la ineficiencia de la FGE en el manejo de cifras y la verdadera gravedad del problema.
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Sobre lo primero, la respuesta de la FGE mencionaba 214 víctimas, textual. Ese número es el que aparece en el reporte de abril de 2023. Pero el desglose totalizaba 296, es decir, hubo 82 casos que no se habían reportado oficialmente.
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En cuanto a los segundo, la propia cifra es el mensaje. De todas las personas impactadas por conductas criminales que afectaron su libertad personal, apenas se consideraron plagios 3.6% de los casos. El 96.4 por cierto fueron ocultados por una etiqueta.
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Para la autoridad, son categorías estadísticas: desaparición cometida por particulares, desaparición forzada de personas, privación ilegal de la libertad, robo de infantes “o incapaces” y sustracción de menores.
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Sin embargo, para los afectados, víctimas y familias, es un drama terrible
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Lo mismo debe ocurrir con las otras categorías para lograr números “tolerables”.
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¡¡HASTA MAÑANA!!