Continúan las campañas de publicidad política en la capital potosina y los brigadistas invaden las banquetas del centro histórico para promocionar a los candidatos a las diputaciones locales.
En la Avenida Carranza, grupos de brigadistas recorren la avenida esquina por esquina para acercarse a los automóviles y obsequiarles folletos, bolsas del mandado, pollos verdes de peluche y perforados filtrasol para el auto, obstruyendo el paso de las personas.
Mucha de esta propaganda política llega al alcantarillado de la capital pues las personas tiran los folletos a la calle contaminando la ciudad.