CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Faltan dos semanas para las elecciones presidenciales de México y la opositora Xóchitl Gálvez afrontó un día decisivo el domingo para medir sus fuerzas ante la candidata puntera, la oficialista Claudia Sheinbaum, con un gran acto en la capital y el debate final en el que intensificó los ataques hacia su rival.
El tercer y último careo televisado antes de que los mexicanos vayan a las urnas el próximo 2 de junio estaba enfocado en la inseguridad, la principal preocupación ciudadana, tras dos debates anteriores marcados por la confrontación y las críticas entre ambas aspirantes.
Gálvez, empresaria y exsenadora de 61 años, llegó al escenario tras pasar en la mañana por la palestra de la plaza del Zócalo, la principal de Ciudad de México, en un abarrotado acto electoral en donde defendió como principios de la "vida, verdad y libertad" y agradeció a sus seguidores por haber "levantado la voz contra el autoritarismo".
La opositora es la carta presidencial de una coalición de organizaciones, entre ellas el tradicional Partido Revolucionario Institucional, que gobernó el país durante 71 años y busca retomar el poder tras su derrota ante el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador.
Por su parte, la apuesta del mandatario es la oficialista Claudia Sheinbaum, puntera en las encuestas desde que arrancó la campaña el pasado 1 de marzo y exalcaldesa de la capital mexicana.
Ambas se confrontaron duramente con calificativos de "mentirosa" y "corrupta" de ambos lados en los dos primeros debates.
El tercer candidato en las preferencias electorales, a mucha distancia de Sheinbaum, fue quien abrió el careo final. Jorge Álvarez Máynez llamó a ejercer el "voto útil" y aseguró que garantizará los programas sociales y la democracia en su intervención de apertura.
Luego de una andanada de ataques entre los tres aspirantes, en los que volvieron a acusarse mutuamente de mentir y de apoyar hechos irregulares de viejos gobiernos, se abordó el tema neurálgico de la violencia.
Gálvez afirmó que la seguridad ha sido un "fracaso" durante el actual sexenio y ofreció el fin de la política de López Obrador de "abrazos, no balazos". Entre sus medidas, está pasar la Guardia Nacional a manos civiles.
Por su parte, Sheinbaum se comprometió a dar continuidad a las políticas de seguridad de la actual administración para atender las causas de la violencia y asegurar "cero impunidad".
El exdiputado opositor Máynez, candidato del partido minoritario Movimiento Ciudadano, ofreció un plan nacional de pacificación y el fin de la militarización en el país.
Al abordar el tema migratorio, la candidata oficialista ratificó que seguirá también la línea de López Obrador de atacar las "causas estructurales" que empujan cientos de miles de personas a dejar sus países y se mostró dispuesta a reforma el Instituto Nacional de Migración y la Comisión y la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados.
Al respecto Gálvez aprovechó una vez más para atacar al presidente mexicano y afirmó que la política migratoria "la define el crimen organizado" porque los migrantes están a merced de los grupos delictivos que operan en las fronteras de México.
A su llegada al debate, Gálvez recalcó que "la gente llegó por su propio pie convencida de que hay una mujer que va ser una presidenta, que va a unir y que no va a dividir".
Poco después Sheinbaum, acompañada de algunos dirigentes del partido gobernante Morena y de su equipo de campaña, fue recibida al llegar a los estudios televisivos con gritos de "¡presidenta, presidenta!". En breves declaraciones a la prensa, dijo que estaba confiada de su victoria porque "tenemos el respaldo de millones, millones de mexicanos y mexicanas".
Al ser preguntada sobre los casos de violencia y asesinatos de aspirantes a cargos locales durante la campaña, la exalcaldesa capitalina aseguró que las autoridades electorales están trabajando con la Secretaría de Seguridad para garantizar que ésta sea una "elección pacífica y democrática".
En la mañana, desde el mismo escenario que eligió su rival para iniciar la campaña, Gálvez apeló precisamente a la inseguridad ante sus seguidores, en un intento de conseguir nuevos apoyos.
"Son valientes y saben lo que nos jugamos", subrayó la opositora, y mencionó que en la votación de dos semanas se decidirá sobre la presidencia, pero también gubernaturas y cargos locales. "Este pueblo siempre ha elegido ser libre. Que nos escuchen dentro de Palacio Nacional. ¡México siempre será libre!".
Finalizó su discurso llamando a ir a las urnas en unas elecciones con más de 100 millones de votantes: "¿Están listos para votar y defender la vida? ¿Están listos para votar y defender la verdad? ¿Están listos para votar y defender la libertad?".
La Secretaría de Seguridad de la Ciudad de México dijo en un mensaje de su cuenta de X que al evento acudieron 95.000 personas y que no se reportaron lesionados. Por su parte, el Frente Cívico Nacional y Unidos para Mejorar, dos de las cinco agrupaciones civiles que organizaron la concentración, reportaron que la asistencia llegó a alrededor de 500.000 personas, según informó a la AP su vocero, Amado Avendaño.
Sobre el impacto que podría tener el último debate y la concentración opositora, el analista político Javier Rosiles Salas descartó que puedan darse cambios en las preferencias electorales, que favorecen a Sheinbaum, pero planteó que podrían propiciar "cierto ánimo no tan derrotista" entre los votantes que están contra el gobierno y motivarlos a salir a sufragar el 2 de junio por el nuevo Congreso y los gobernadores de los estados de Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz, Yucatán, y el alcalde de la Ciudad de México.
Una de las incógnitas del proceso lo representan los indecisos y primeros votantes, según reconoció Patricio Morelos, profesor en Ciencias Políticas del Instituto Tecnológico de Monterrey, quien afirmó que en los próximos días se sabrá si estos electores están más a favor del estilo confrontativo de Gálvez, o si prefieren un candidato que tenga propuestas y sea menos frontal.