CIUDAD VALLES.- Ayer, día de San Miguel, para los tének fue el “In tujtal an ts’amnek ajíb” o la llegada de las ánimas, que se establecen hasta Todos Santos en este mundo.
En los ejidos tének prepararon el primer arco de limonaria de los que se prepararán hasta el día de Todos Santos (2 de noviembre), porque se celebra el arribo de las almas de los seres queridos que ya marcharon de la vida terrenal.
Estos rituales en la zona norte de la Huasteca son revestidas con comida, puesto que la llegada necesita de anfitriones y festejantes, así como sones, rezos y velaciones, actividades que llevaron a cabo en varios puntos de la zona tének.
De acuerdo con el antropólogo y docente de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, Guillermo Ahuja Ormaechea, esta celebración dista mucho de la más popular de los huehues (palabra que significa viejo en náhuatl), que es del sur de la Huasteca, donde las raíces son nahuas.
De aquí en adelante, las ánimas comienzan a convivir, en un tránsito entre la vida y la muerte, según una tradición que mira al pasado con alegría, porque se recuerda a los que se fueron, según el especialista.