Diez años después, la historia se repite en Tamul; aún no hay rastro de los turistas coahuilenses desaparecidos

Es muy difícil que los encontremos con vida, pero lo importante es seguir buscando: Ignacio Benavente Duque, titular de Protección Civil en San Luis Potosí

AQUISMÓN. Hace diez años fueron cuatro españoles, los que murieron arrastrados por la creciente del río Gallinas, uno de ellos nunca apareció; ahora son un hombre de 40 años, y su hijo de 7, los que están perdidos en esa misma zona, desde el viernes pasado.

La mañana de este sábado, al vislumbrarse los primeros rayos del sol, más de medio centenar de hombres, empezaron a desplegarse por los ríos Gallinas y Tampaón, algunos a pie y otros en lancha. 

Esos mismos hombres llegaron desde la tarde anterior, al enterarse que un hombre que se llama Rafael Alejandro de 40 años, y su hijo Marcelo de 7 años, fueron sorprendidos por una "bajada de agua" y desaparecieron, en la zona donde se forma la Cascada de Tamul.

Los encargados de la búsqueda son elementos de Protección Civil Estatal y de Ciudad Valles, Buzos de Bomberos de Ciudad Valles, policías estatales y municipales tanto de Aquismón como de Ciudad Valles, oficiales de la Policía Investigadora y de la Unidad Especializada en Búsqueda de Personas Desaparecidas y Extraviadas que pertenecen a la Fiscalía General del Estado, lancheros e incluso guías de operadoras turísticas. 

Este sábado no estuvo presente Marcela, madre del menor y esposa del hombre, la única sobreviviente de la familia, y es que la parecer está recibiendo apoyo por parte de alguna dependencia de gobierno, para tratar de sobrellevar este suceso traumático. 

Un bello recuerdo se convirtió en pesadilla

Marcela narró el viernes por la tarde, que ella y sus familiares, originarios de El Sabinal, Coahuila, llegaron desde un día antes al ejido Tanchahín, andaban de paseo, y querían conocer la majestuosa cascada de Tamul. 

Pero como el paraje estaba cerrado, contactaron a un lugareño, de nombre Adán de 36 años de edad, quien se ofreció a acompañarlos al lugar donde se forma la cascada, y se fueron en la camioneta marca Jeep propiedad de la familia. 

De manera oficial no se sabe si Adán es guía, sólo se supo que llevó a la familia a la localidad El Naranjito, ubicada a más de treinta kilómetros al norte de la cabecera municipal de Aquismón, y de ahí avanzaron por un camino de terracería apenas transitable, por más de siete kilómetros, hasta llegar al río Gallinas, el cual cruzaron por un vado. 

En esa travesía tuvieron que haber pasado por tres falsetes, y del otro lado del río estacionaron la camioneta, ahí ya es territorio de Tamasopo, y la propiedad es privada. 

Los tres integrantes de la familia, y el hombre que los acompañó, bajaron de la camioneta y caminaron por una vereda más de 500 metros, entre el monte, hasta llegar a un área donde se divisan unas pozas, y se alcanza a ver a lo lejos, la caída del agua (Cascada de Tamul).

Supuestamente sólo tenían intención de tomarse fotografías, tener el recuerdo de su visita a la Huasteca Potosina. 

Pero de pronto, una corriente de agua bajó hasta donde ellos estaban y los arrastró. Marcela pudo llegar hasta la orilla, al igual que su acompañante, pero su esposo e hijo desaparecieron en las turbulentas aguas. 

De inmediato los sobrevivientes llegaron al poblado más cercano y dieron aviso a las autoridades del lugar, quienes a su vez hicieron el reporte correspondiente al Sistema de Emergencias 911, y esa misma tarde empezó la búsqueda. 

"Hay muy pocas esperanzas de encontrarlos con vida" 

El titular de Protección Civil Estatal, Ignacio Benavente Duque, estuvo presente durante las labores de búsqueda este sábado, y en entrevista para este medio de comunicación, refirió que han realizado recorridos en la parte del río Gallinas donde el hombre y su hijo fueron vistos por última vez, y también en el río Tampaón, que inicia después de la caída de la Cascada de Tamul, pero no han tenido éxito. 

"Es mucho muy difícil que pudiéramos encontrarlos con vida, pero lo importante es seguir con la búsqueda hasta rescatarlos". 

Al cuestionarle si tiene conocimiento de que se haya iniciado alguna acción legal en contra del lugareño que acompañó a la familia, Benavente Duque comentó que eso lo verían más adelante y que por lo pronto lo único que importaba era el rescate. 

Aproximadamente a las 15:00 horas de este sábado, concluyeron los recorridos en el agua, y continuarían hasta antes del anochecer por tierra, recorriendo los márgenes del río Tampaón, desde el ejido La Morena hasta Tanchahín. 

"Es muy complicado entrar en lancha río abajo debido a que hay muchos rápidos, por eso vamos a recorrer a pie, y mañana daremos otro recorrido con lanchas". 

Antes de empezar la búsqueda a pie, Benavente Duque se reunió con todos los que realizan las labores, y comentaron que este domingo llegarían trabajadores de una empresa turística para apoyarlos en los recorridos dentro de la zona de rápidos, además podrían utilizar drones. 

La historia se repite

A finales de julio del año de 2010, cuatro turistas españoles le pagaron a un guía del ejido Tanchahín, para que los llevara precisamente a la parte donde se forma la Cascada de Tamul. 

Días antes había estado lloviendo y el caudal del río había crecido considerablemente, por eso estaban suspendidas las actividades acuáticas, pero aún así el guía los llevó, al mismo lugar donde ocurrió el accidente de los coahuilenses. 

Los turistas españoles no traían ningún equipo de seguridad, pero aún así, subieron a la lancha y el guía remó por varios metros, hasta que perdió el equilibrio por la corriente, la lancha zozobró, y todos cayeron. 

Eran siete personas en total, seis turistas y el guía, sólo sobrevivieron tres, los otros cuatro se ahogaron. Con el paso de los días rescataron los cadáveres de tres de ellos, pero uno nunca apareció. 

Hubo varios factores que pudieron influir para que nunca fuera localizado, según los lugareños, en la parte alta, donde se forma la cascada, hay muchos remolinos, luego la cascada tiene una caída libre de 105 metros, y abajo, donde empieza el río Tampaón, tiene más o menos 30 metros de profundidad, además es una zona de habitat para el cocodrilo moreletti.