La supervivencia a intensos calores

CIUDAD VALLES.- Cientos de personas entran a tiendas de autoservicio para refugiarse del calor aunque sea por unos minutos y horas, aunque la compra no sea significativa o no adquieran nada.

Los vendedores banqueteros de la Porfirio Díaz ven de todo, mientras esperan a sus clientes, pero una constante en estos días de calor es observar a algunos que entran a la tienda sin haber hecho compras o reposando en un pequeño comedor que está en el supermercado de Hidalgo y Porfirio Díaz.

“Entran para quitarse el calorón”, afirma una mujer de mediana edad que vende todo tipo de artículos en un puesto de lámina, cerca de los que están dentro de la tienda, a 28 grados, mientras ella está a 43 grados, intentando mitigar el bochorno con un ventilador pequeño.

Supervivencia histórica al calor

Es del dominio público saber que, hace 30 o 40 años eran pocas las casas en Valles con aires acondicionados y que era un alivio entrar a ver o comprar a la Supertienda Modelo o entrar a dormir un rato a uno de los cuatro cines, sin importar el contenido del filme, como incluso periodistas antiguos lo han relatado.

El calor primaveral azotó toda la semana a la Huasteca y el aire acondicionado de los súpers, como les llaman a los autoservicios, hace que un sudoroso ciudadano pase de los 40 a los 28 o 30 grados en un segundo.

Sin frescura en casa

Aunque la efervescencia y la accesibilidad de obtención de un aire acondicionado es mucho más común ahora que hace tres décadas, hay una gran porción de los vallenses que se tienen que conformar con el viento caliente que lanzan sus ventiladores, puesto que en Valles, según el Consejo Nacional para la Evaluación de las Políticas de Desarrollo Social (Coneval), que ahora ha sido absorbido por el INEGI, el 43 por ciento de la población es pobre, es decir, poco más de 80 mil personas carecen de la comodidad o de los recursos para pagar una cuenta de luz incrementada por el uso del clima artificial.

Muchos ciudadanos se restauran un poco luego de la pérdida de sales y energía por el bochorno dentro de las tiendas, en un clima agradable, aunque eventualmente haya que salir al invernadero del aire vallense.