Recuerda G. Ahuja 45 años del hallazgo de la Coyolxauhqui

CIUDAD VALLES.- Además de haber descubierto Tamtoc en el primer lustro de este siglo, Guillermo Ahuja Ormaechea, catedrático de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí y exdirector del Centro Cultural, participó, siendo un estudiante de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) que realizaba sus prácticas en el descubrimiento más mediático de la arqueología en el país, el encuentro con la Coyolxauhqui, o Luna, en la mitología azteca, en el Templo Mayor de la Ciudad de México.

Era el 21 de febrero del año de 1978, Ahuja contaba con 23 años y trabajaba bajo la subordinación de Ángel García Cook, quien en ese entonces era el arqueólogo encargado del Departamento (hoy dirección) de Salvamento Arqueológico y recibió la llamada de la compañía eléctrica, Luz y Fuerza del Centro, que trabajaba en obras del Templo Mayor para cablear lo que sería la red de iluminación del Palacio de Gobierno, que en ese tiempo ocupaba José López Portillo.

Los de la compañía invitaron a ver una piedra que tenía unos “monitos” y García Cook acudió con su equipo, entre los que se encontraba Ahuja, para descubrir que era la hermana despedazada por Huitzilopochtli, quien apenas nacía del vientre de su madre Coatlicue, ya como un guerrero consumado y defensor, según la mitología nahua.

Luego de los primeros trabajos, el director del INAH, Gastón García Cantú nombró a su pariente político, Eduardo Matos, como el encargado del sitio, en medio de una polémica cargada de grillas, puesto que el recién nominado jefe, no tenía conocimientos del mundo azteca como sus demás colegas.

Ormaechea apuntó que este descubrimiento potenció a la arqueología mexicana, porque dentro de la política nacionalista de López Portillo, quedaba como anillo al dedo.