ORCHARD PARK.- Josh Allen respondió a las dudas sobre su precisión y su historial como un jugador proveniente de una escuela de poco renombre para consolidarse como el quarterback franquicia que los Bills de Buffalo buscaban desde el retiro de Jim Kelly, miembro del Salón de la Fama, hace 25 años.
Los Bills anunciaron el viernes que Allen aceptó una extensión de contrato por seis años que asegura la permanencia del lanzador de cuarto año hasta el final de la temporada 2028. El valor del contrato no fue revelado, pero se esperaba que fuera el más lucrativo ofrecido por el equipo, eclipsando el de 100 millones de dólares que firmó el defensive end Mario Williams en marzo de 2012.
El acuerdo con Allen se da un par de días después de que el gerente general Brandon Beane dijera que deseaba alcanzar un trato con el quarterback antes del inicio de la campaña o posponer las negociaciones hasta el próximo año para que no se convirtieran en un distractor.