Con dos atajadas del arquero Sergio Romero en la definición desde el punto penal, Boca Juniors venció el jueves 4-2 a Palmeiras, tras igualar 1-1 en el tiempo reglamentario, y se clasificó a la final de la Copa Libertadores, en la que se enfrentará a Fluminense.
Sin ganar ningún partido en la fase eliminatoria del torneo regional, Boca volvió a apoyarse en Romero quien, como ya había hecho ante Nacional y Racing en octavos y cuartos de final, condujo al equipo xeneize a la final que se disputará el 4 de noviembre en el estadio Maracaná de Río de Janeiro.
El portero argentino, que defendió el arco de su selección en los Mundiales de 2010 y 2014, detuvo los penales de Raphael Veiga y Gustavo Gómez al comienzo de la tanda, que había iniciado con el tiro de Edinson Cavani detenido por Weverton.
Boca no falló más y con los aciertos de Bruno Valdez, Nicolás Valentini, Jorge Figal y Guillermo "Pol" Fernández mantuvo vivo el sueño de alcanzar su séptima Copa Libertadores e igualar a Independiente de Avellaneda como el máximo ganador de la historia.
Luego del empate sin goles en el partido de ida, el choque de vuelta disputado en el Allianz Parque de Sao Paulo comenzó con un dominio de los anfitriones, que tuvieron más de 80% de posesión de balón.
Boca intentó cerrarse bien en su campo y salir con velocidad. Y su plan rindió frutos a los 23 minutos cuando el uruguayo Miguel Merentiel y escapó de la marca del zaguero Gustavo Gómez en un contragolpe y centró para que su compatriota Cavani abriera el marcador.
El delantero de 36 años acabó con una sequía goleadora de Boca de 336 minutos en el torneo. Firmó su segunda anotación en 11 presentaciones con el cuadro azul y oro.