CIUDAD DE MÉXICO, abril 13 (EL UNIVERSAL).- Fue sin duda una tarde triunfal para las Chivas la de este sábado. Neutralizaron al contundente Pachuca, le ganaron (0-1) y hasta le hicieron quedarse sin su entrenador casi todo el segundo tiempo.
Desde el silbatazo inicial, con un intenso sol sobre el Estadio Hidalgo, el Guadalajara se presentó a la cancha agresivo, con un Roberto Alvarado dando constantes llamadas de atención al Tuzo y sintiéndose el equipo local, pues la grada del histórico Huracán se pintó rojiblanca.
Los minutos en el cronómetro avanzaban y el peligro de los tapatíos también. Llegadas de Ricardo Marín, disparos de larga distancia de Fernando Beltrán, alguno más de Pável Pérez.
La suerte no acompañaba, Fernando Gago desde su área lo lamentaba porque sabía que era necesario dañar; para su fortuna, la anotación cayó: Al 41' Alan Mozo metió un centro que acabó dentro de las redes.
El balón tomó dirección a puerta luego de la errónea salida del arquero Carlos Moreno y de un intento de despeje del capitán Gustavo Cabral, que hizo estrellar el balón al travesaño para que luego este cruzara la línea de gol.
Almada no podía más. Eran los primeros instantes del complemento y reclamó, lo hizo fuerte, primero fue amarilla, pero el central no lo dudó más y lo echó.
Sin su mandamás, Tuzos trató de componer el partido, generó algunas y puso a trabajar arquero Rangel, pero nada pasó.
Ya con la noche cayendo, Gago metió a Cowell, la afición lo aplaudió y por poco les cumple, pero el portero Moreno le atajó.
Así, Chivas respira. Regresan a Guadalajara con 25 unidades y con la mente en los últimos dos rivales: Querétaro y Atlas.