El 13 de agosto, fecha en que nació el General Tirso Hernández García, uno de los más grandes e importantes personajes del deporte de San Luis Potosí en todos los tiempos, fue establecida desde el año 2017 por el Congreso del Estado, para que anualmente se conmemore “El Día del Deportista Potosino”.
Este día, fue instituido en reconocimiento, a la extensa y brillante trayectoria del General Tirso Hernández García, uno de los deportistas más relevantes en la historia del deporte del estado, que hasta no hace mucho era desconocido por los potosinos, pese a que fue una de las más sobresalientes personalidades en el ámbito deportivo del país, a nivel nacional e internacional, como atleta y dirigente.
Por su talento, disciplina y esfuerzo, el General Tirso Hernández García, se constituye como un sólido ejemplo para la niñez y juventud de nuestro Estado, de ahí la importancia el que el Congreso decretara que cada año se conmemorara el Día del Deportista, en reconocimiento a este ilustre potosino.
Pese a que desde hace tres años el Congreso del Estado instituyó esta fecha para honrar a los deportistas de San Luis Potosí, fue hasta el año pasado cuando por primera vez se llevó a cabo dicha celebración. Este año, la pandemia del Covid-19 impedirá que no se festeje, quizás todo sea de manera simbólica.
Tristemente, los deportistas potosinos no cuentan con el reconocimiento público, quizás en sus momentos de gloria efímera se conoce de sus hazañas y proezas deportivas, pero al paso del tiempo van quedando en el olvido, por lo que se requiere perpetuar sus logros y conquistas, imponiéndoles sus nombres a centros deportivos, colonias, calles y avenidas, independiente de los homenajes que en su momento se hagan merecedores.
En San Luis Potosí, desde que se practica el deporte, han existido grandes atletas de distintas disciplinas, los cuales han puesto muy en alto, no solo el nombre de nuestra entidad sino de México en diferentes partes del mundo, como el General Hernández García, que nació en el municipio de Rioverde, S.L.P. un 13 de agosto del año 1893, y murió en la capital de la República el 9 de diciembre de 1985, a la edad de 92 años.
A muy temprana edad, Tirso junto con su familia, emigró fuera de la entidad, trasladándose inicialmente a Tampico, Tamps., y posteriormente a la Ciudad de México, donde consiguió trabajo en una Droguería y Farmacéutica propiedad de su tío Agustín Hernández, estudiando de 1911 a 1913 en la Escuela Magistral de Educación Física y Esgrima. En época de la Revolución se alistó en el Ejército, tomando parte en el segundo periodo de la lucha armada en los años de 1914 hasta 1919.
En los años siguientes, dentro de la milicia, empezó a practicar las disciplinas de esgrima y tiro, donde destacó de manera sobresaliente, logrando obtener el Campeonato Nacional de Tiro con pistola de ordenanza ante los mejores veinticuatro tiradores de toda la República, paralelamente inició su participación como dirigente del deporte, siendo miembro fundador y vicepresidente del Comité Olímpico Mexicano en 1923.
El General formó parte de la Delegación Deportiva Mexicana a la Olimpiada de los Ángeles, California, en 1924, tomando parte activamente como competidor en la disciplina de tiro, convirtiéndose así en el primer deportista potosino en participar en unos Juegos Olímpicos.
Su máximo galardón dentro del deporte como competidor, lo obtuvo el 15 de junio de 1928, en Paris, Francia, coronándose campeón mundial de tiro con pistola de ordenanza, para regresar al país con todos los honores, lo que le permitió incorporarse más de lleno en las actividades de organización y desarrollo del deporte, asumiendo la presidencia del Comité Olímpico Mexicano -C.O.M.-, puesto que ocupó hasta el año de 1951.
Siendo presidente del C.O.M en el año 1930 organiza el primer desfile deportivo en la Ciudad de México, y por instrucciones del presidente de la República, Abelardo L. Rodríguez, en 1933, funda la Confederación Deportiva Mexicana -CODEME- junto con el profesor Fausto González Ramírez, quien años más tarde fuera el Delegado Estatal del C.O.M. y de la propia CODEME en San Luis Potosí, durante mucho tiempo.
Al asumir la Presidencia de la República, el General Lázaro Cárdenas del Río, nombra a Tirso Hernández García, como una especia de secretario del deporte, pues de manera paralela dirigía a la CODEME y al C.O.M., que fueron los organismos rectores del deporte mexicano hasta los años 80’s, en que se formó la Comisión Nacional del Deporte -CONADE-.
En 1936, el sobresaliente deportista y dirigente de origen potosino, es el jefe de la de la Delegación deportiva mexicana que acudió a los Juegos Olímpicos de Berlín, y en el desfile inaugural presidido por Adolfo Hitler, Tirso marcha al frente del contingente portando el lábaro patrio.
Es en uno de los momentos del acto de apertura de la olimpiada de Alemania, cuando llega a oídos de Hitler, de que el militar mexicano fue campeón mundial de tiro, y ordena una exhibición donde Tirso impresiona al dictador nazi con su excelente puntería, y este como un reconocimiento le obsequia la pistola que portaba en esos momentos, arma que conserva la familia del general Hernández.
Durante su vida Tirso Hernández, destaca como un gran estructurador y organizador de instituciones, prueba de ello son los numerosos cargos desempeñados en la función pública desde 1922 hasta 1982. En el mismo año de 1936, por instrucciones del presidente Cárdenas, funda la ahora Escuela Superior de Educación Física – E.S.E.F- en la ciudad de México.
Entre esos cargos figuran el de director de Actividades Deportivas del Departamento Central del entonces Distrito Federal en tiempos del Regente Ernesto P. Uruchurtu; director del Departamento de Cultura Física del Colegio Militar; director de Educación Física de la Secretaría de Guerra y Marina; presidente del Comité Deportivo del Partido Nacional Revolucionario; presidente del Consejo Nacional de Cultura Física, entre otros más. Un centro deportivo de la Delegación Benito Juárez en la CDMX lleva su nombre.
Un total de once condecoraciones, la mayoría de ellas del orden militar, recibió durante su vida este ejemplar e ilustre potosino, que paradójicamente en su tierra natal se le conocía poco o casi nada, habiendo entregado siempre con lealtad sus servicios a la patria, aún en detrimento de su vida, ya que el 20 de noviembre de 1985, durante la ceremonia que se conmemoraba el aniversario de la Revolución Mexicana, tras de que le había sido impuesta una condecoración, por su avanzada edad tropezó y cayó del templete, accidente que a la postre le provocaría su muerte unos días después, del que es el deportista sanluiseño más galardonado y reconocido a nivel nacional e internacional.