Endrick y Valverde meten al Madrid en cuartos de Copa del Rey

Primero, regaló dos tantos al Celta para desperdiciar su ventaja

El abandono del ostracismo de Endrick con un doblete en la prórroga apagó el incendio en el Santiago Bernabéu para dar el pase a cuartos de final de la Copa del Rey a un Real Madrid inseguro, que regaló dos tantos al Celta para desperdiciar su ventaja, antes de respirar aliviado sin cerrar aún sus heridas (5-2).

Afectado por una confianza desplomada, víctima de sus propios errores, cuando el Real Madrid se sintió vencedor y rebajó tensión, resucitó un partido sentenciado con dos regalos. Los tantos de Mbappé y Vinícius los igualaba el Celta tras un error de Camavinga y un exceso de confianza de Asencio. Un penalti inocente, reclamado antes de que se rompiese el partido tras un derribo de Lunin a Swedberg, provocaba una prórroga que se convirtió en la reivindicación de la figura del 9 realizada por Endrick.

Obligado a levantarse tras un nuevo golpe repleto de dureza del Barcelona con una segunda goleada, que en esta ocasión restó un título de la lista de siete a los que optaba el Real Madrid, la noche fría y el ambiente tenso del Santiago Bernabéu no invitó a alardes. Ganar debía ir asociado a una mejoría de la imagen por exigencia del madridismo. Como mínimo a mostrar otra actitud y aumentar el sacrificio.

El equilibrio, entiende Carlo Ancelotti, llega desde la voluntad defensiva de sus jugadores. No desde el sistema. No tocó el 4-3-3. Sí las piezas que lo integran aumentando presencia de jugadores con buen pie en el centro del campo. Ceballos y Modric dan mayor calidad a la posesión. Sin Bellingham, descansando de inicio en el banquillo, el Real Madrid no se rompió con cuatro delanteros.

No será hasta un duelo grande, como el derbi madrileño ante el Atlético de Madrid a inicios de febrero, cuando se vea si es sostenible el tridente o llega el cambio de dibujo tan demandado a Carlo. En el camino, entre sus seis cambios, ya cedió en una apuesta que pasó de recurso de urgencia a idea innegociable. Tchouaméni, tras salir en muchas fotos en los goles del Barcelona, abandonó el centro de la defensa y regresó al medio centro. Con los silbidos al gran señalado por la afición, mostró personalidad.

La tuvo el Celta en un buen arranque. Cómodo con balón, fiel a su personalidad. Aumentando el desasogiego del Bernabéu que esperaba una salida en tromba que no llegó. Con más dudas que certezas arrancó el Real Madrid. Cuando un desajuste defensivo permitió a Marcos Alonso, libre de marca, aparecer a un centro lateral en el segundo poste y a Starfelt estrellar su remate en la parte externa del poste.

El equipo de Giráldez le costó oler la sangre para ir a por una víctima herida. Fue reculando sin que su rival hiciese demasiado por encerrarlo en su terreno, acabando en un 5-4-1 bajo el que encontrarse con cierta seguridad a costa de rebajar su poder ofensivo. Y al Real Madrid le costó interpretarlo. Pese a dar velocidad al juego, carente de desborde. Con Tchouaméni, precisamente, protagonizando la primera ocasión con un potente disparo que sacó a córner como pudo Iván Villar.

La grada aplaudía la personalidad de Asencio, firme en labores defensivas que aparecía en área contraria para rematar un saque de esquina de Modric. El croata encontraba una vía de acceso donde nadie encontraba el pase. Brahim se topaba con las piernas salvadoras del portero del Celta que empezaba a sentir agobio, respirando cuando Mbappé leía mal la primera arrancada en un tres contra tres.

Precedió a la acción clave del partido. De un área a otra en segundos. Del derribo de Lunin a Swedberg a la rápida transición con definición al puro estilo Mbappé. En su carril preferido, cayendo a la izquierda con bicicleta y disparo arriba. En la primera ocasión que cogió desprevenida a la zaga viguesa y Villar se hizo pequeño en el palo que nunca debe ceder un portero en un disparo lateral. El lío estaba montado por un penalti no señalado y porque el VAR no corrigió la decisión del colegiado.

Y cuando en el arranque del segundo acto daba un paso al frente el Celta, le llegaba un duro castigo. Con Mbappé reclamando el liderazgo del equipo de Ancelotti, descolgándose de la zona del 9 para sacar de zona a un central, inventar un pase en largo a la aparición de Brahim que dejó de cara el mano a mano para que Vinícius definiera con facilidad el 2-0.

Todo parecía perdido para el Celta y con esa sensación en el cuerpo aumentó el riesgo, se levantó de la lona con un disparo pegado al poste de Fran Beltrán y esquivó la goleada para acabar apretando el partido en su último suspiro. Habían perdonado Mbappé, en dos ocasiones, y Brahim. La había sacado en línea de gol Starfelt tras la cuchara de 'Vini'. Incluso se había celebrado el tercero, de Güler tras regalo de Vinícius, antes de que se anulase desde el VAR.

Cuando el vuelo de Lunin para sacar arriba un gran disparo de Hugo Sotelo o la acción defensiva de Tchouaméni para corregir un error de Rüdiger que dejaba el gol en bandeja, fueron avisos que se convirtieron en realidad por un fallo grosero de Camavinga en inicio de jugada. Bamba marcaba a placer a siete minutos de un final que se estrechaba.

Con un Real Madrid escaso de confianza en bloque bajo, el nerviosismo de vuelta a la grada y un exceso de pundonor del mejor defensa del partido, Asencio, que midió mal y se llevó por delante en el minuto 90 a Bamba. El claro penalti lo mandó a la red Marcos Alonso. Nacía un nuevo partido con una prórroga que castiga de minutos a un equipo que tiró por tierra dos tantos de ventaja en su estadio.

Tardó en salir del shock el conjunto madridista que tuvo más piernas que el rival en el tiempo extra. Una prórroga en la que volvió a pedir un penalti el Celta tras un disparo de Fer López que impactó en la mano de Rüdiger pero el colegiado señaló fuera juego, y que decidió Endrick en una noche que esperaba con ansiedad.

Con pocos minutos de Ancelotti para mostrar sus cualidades, el delantero brasileño se reivindicó con un zurdazo que decantó el duelo. Se giro con la portería en su mente y soltó un potente disparo que liberó al Real Madrid para acabar goleando. Con otro zapatazo para la colección de grandes goles de Fede Valverde y el doblete, de tacón, con calidad de Endrick.

- Ficha técnica:

5 - Real Madrid: Lunin; Lucas Vázquez, Asencio, Rüdiger, Fran García (Bellingham, m.92); Tchouaméni, Ceballos (Camavinga, m.70), Modric (Fede Valverde, m.79); Brahim (Güler, m.70), Vinícius (Rodrygo, m.106) y Mbappé (Endrick, m.79).

2 - Celta: Iván Villar; Javi Rodríguez (Manquillo, m.95), Starfelt, Marcos Alonso, Carreira (Cervi, m.76); Mingueza, Ilaix Moriba, Fran Beltrán (Pablo Durán, m.57), Hugo Álvarez (Bamba, m.67); Williot Swedberg (Hugo Sotelo, m.57) y Borja Iglesias (Fer López, m.76).

Goles: 1-0, m.37: Mbappé. 2-0, m.48: Vinícius. 2-1, m.83: Bamba. 2-2, m.91: Marcos Alonso, de penalti. 3-2, m.108: Endrick. 4-2, m.112: Valverde. 5-2, m.119: Endrick.

Árbitro: José Luis Munuera Montero (Comité Andaluz). Mostró tarjeta amarilla a Asencio (91) y a Endrick (108) por el Real Madrid; y a Villar (96), Starfelt (101), Marcos Alonso (102) y Borja Iglesias (112) por el Celta.

Incidencias: encuentro de octavos de final de la Copa del Rey disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 64.764 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Juan Manuel Villa, exjugador del Real Madrid.