VARADERO, Cuba (AP) — Mijaín López no está conforme y va por más.
La leyenda cubana de la lucha grecorromana ambiciona una nueva hazaña que lo pondrá entre los más exitosos deportistas de alto rendimiento en el mundo: subir a lo alto del podio en los Juegos Olímpicos de París y colgarse su quinta medalla de oro consecutiva.
El "Terrible" — el apodo con el que también se lo conoce — quiere exhibir toda su fuerza en el tapiz de la arena construida en el icónico Campo de Marte.
Competirá apenas unos días antes de cumplir los 42 años de edad, marcando dos décadas de participación en las justas de verano.
"Desde el 2004 estoy participando en los Juegos Olímpicos. Va a ser una competencia muy bonita para mi y todos mis seguidores", dijo López a The Associated Press la semana pasada.
De hablar pausado y gran corpulencia , hizo un alto en su entrenamiento en el balneario de Varadero, a unos 150 kilómetros al este de la capital La Habana, y en donde el equipo de lucha de la isla tiene su base.
En su primera participación olímpica, en Atenas 2004, López quedó fuera de las medallas, pero desde allí no ha parado.
Su reinado olímpico comenzó en Beijing 2008 para continuar colgándose el oro en las citas de Londres 2012, Río 2016 y Tokio 2020, una edición que se realizó un año después debido a la pandemia de COVID-19.
A la par en la categoría de 120-130 kilogramos, López logró además cinco títulos mundiales y reinó en cinco Juegos Panamericanos, aunque se ausentó de Santiago de Chile, el año pasado por motivos personales.
"El colchón dice la última palabra. Es solamente llegar. Hacer las cosas perfectas, sin equivocaciones", expresó López sobre su plan para París. "No piense nadie que porque tengo 41 años soy viejo".
Nacido en agosto de 1982 en la pequeña localidad de Herradura, en la occidental provincia de Pinar del Río, López comenzó a competir desde muy joven en certámenes nacionales y a abrirse paso con el equipo cubano.
López compartió el entrenamiento de estos días con varios otros luchadores cubanos que buscarán también dejar huella en París. Tal es el caso de Luis Alberto Orta, el monarca de los 60 kilogramos en Tokio 2020, y Gabriel Rossillo, líder mundial en los 97 kilos.
López es una de las grandes figuras del deporte cubano que no abandonó la isla en estos años marcados por una severa crisis económica y ofertas de profesionalismo o jugosos contratos para deportistas de muchas disciplinas.
Las deserciones han ocasionado un deterioro del nivel competitivo a la otrora maquinaria cubana.
López no juzga a sus colegas que se fueron de la isla en la cual se formaron por años como atletas de élite y en cambio si tiene para ellos un mensaje.
"Decirle a todos esos jóvenes que decidieron dejar nuestra patria que lo sigan haciendo bien, que no pierdan la ternura, que sigan siendo los verdaderos cubanos que son, con la sencillez, humildad y que sigan haciendo las cosas por amor al deporte y no por otras cosas", señaló López.
Cuba cifra buenas expectativas con sus gladiadores de la lucha, y con la capacidad de López para mantenerse vigente. En reiteradas ocasiones estos meses se indicó que este sería además la despedida del gladiador de la carrera deportiva.
"Es un equipo muy fuerte, muy bien preparado y grandes", indicó a AP Raúl de Jesús Trujillo, el jefe de los entrenadores del seleccionado nacional de lucha.
"Si no estuviéramos seguros (de Mijaín y su potencial para una medalla) no estuviéramos entrenando, ni yo sacrificándolo porque ya lo que él ha hecho (en su carrera) es una hazaña", añadió.
El seleccionado viajará a mediados de mes a Croacia, Hungría y Bulgaria para seguir con sus entrenamientos y competir. No se espera que López suba al colchón en esas lides, preservándose para París.
"Voy a llegar con la certitud y con la confianza que siempre he llegado a todos los Juegos Olímpicos. Que todo el pueblo de Cuba espere la medalla mía", remarcó.