Novak Djokovic vs Carlos Alcaraz: Duelo en el Abierto de Australia

El serbio se acerca a su 25to título de Grand Slam

MELBOURNE, Australia (AP) — Novak Djokovic se negó a que algo impidiera su búsqueda de un récord de 25 trofeos de Grand Slam en los cuartos de final del Abierto de Australia.

Ni un problema con su pierna izquierda. Ni perder el primer set. Y tampoco el joven al otro lado de la red, Carlos Alcaraz, quien complicaba las cosas y buscaba su propio pedazo de historia.

Djokovic superó todo, como tantas veces lo ha hecho el serbio en el camino hacia tantos triunfos, avanzando a las semifinales en Melbourne Park por 12da vez con una victoria 4-6, 6-4, 6-3, 6-4 sobre Alcaraz en un enfrentamiento electrizante el martes por la noche entre dos estrellas nacidas con 16 años de diferencia y en extremos opuestos de sus carreras.

"Solo desearía que este partido de hoy fuera la final", dijo Djokovic. "Uno de los partidos más épicos que he jugado en esta cancha. En cualquier cancha".

La acción fue brillante en un encuentro que se extendió por más de 3 horas y media y casi hasta la 1 de la madrugada.

Quizás lo más destacado se dio cuando Alcaraz salvó un punto de quiebre en el cuarto set. El intercambio de 33 golpes fue el más largo de la noche, y cuando terminó con Djokovic enviando un revés largo, la multitud en la Rod Laver Arena enloqueció.

Djokovic tocó su adolorida pierna y gritó hacia su equipo. Alcaraz, con el pecho jadeante, se apoyó en una caja de toallas y sonrió.

Ello nada más retrasó el resultado final.

Con su esposa, hijo e hija animando en las gradas — el padre bromeó sobre la hora tardía después—, el séptimo cabeza de serie prevaleció gracias al tipo de devoluciones notables y golpes de fondo sin errores contra Alcaraz que sus clásicos rivales Roger Federer y Rafael Nadal enfrentaron durante años.

Djokovic disfrutó el tramo final, señalando su oreja o lanzando besos o extendiendo sus brazos mientras inflaba el pecho. Se lució con un golpe ganador de derecha en un punto de 22 golpes que selló el quiebre para una ventaja 5-3 en el tercer set. También el último punto del set, que incluyó una carrera de espaldas a la red para perseguir un globo. Alcaraz tampoco fue tímido, gritando "¡Vamos!" y apretando sus puños después de clavar un derechazo en el cuarto set.

Cuando el partido terminó, Djokovic gritó hacia el palco de su equipo, antes de darle un abrazo a Andy Murray, su nuevo entrenador. Luego, Djokovic aplaudió Alcaraz mientras abandonaba la cancha.

"Estoy seguro de que vamos a ver mucho de él", dijo Djokovic sobre el español. "Quizás no tanto como me gustaría."

El viernes, la 50ma semifinal de Grand Slam de Djokovic será contra Alexander Zverev, segundo preclasificado y dos veces subcampeón en Slams. El alemán derrotó 7-6 (1), 7-6 (0), 2-6, 6-1 al estadounidense Tommy Paul (12do cabeza de serie).

Los otros cruces de cuartos de final se jugarán el miércoles: el número 1 Jannik Sinner contra el crédito local Alex de Miñaur (8vo preclasificado) y el estadounidense Ben Shelton (21) contra el italiano Lorenzo Sonego.

Este fue el octavo encuentro entre Djokovic y Alcaraz, pero el primero en el Abierto de Australia — y el primero que no fue en semifinal o final. Zverev lo llamó "un choque de generaciones" entre "dos de los mejores jugadores que probablemente hayan tocado una raqueta de tenis."

Difícil encontrar la hipérbole.

A los 37 años, Djokovic está indudablemente pasado de su mejor momento, sí, pero ningún hombre ha ganado más campeonatos del Abierto de Australia que sus 10 o más títulos de Grand Slam individuales que sus 24.

A los 21 años, es poco probable que Alcaraz haya alcanzado su pico, sí, pero ningún hombre había alcanzado el número 1 en el ranking como adolescente hasta que él lo hizo o coleccionó trofeos importantes en tres superficies diferentes a su edad.

"Le he dejado entrar en el partido otra vez", se lamentó Alcaraz, tercer cabeza de serie. "Es el mayor error que he cometido... En el segundo set tenía que haberle apretado más, llevarle al límite".

Alcaraz no ha sido tímido sobre su esperanza de completar su propia colección de títulos de Grand Slam, agregando una consagración en Australia a las dos que posee de Wimbledon — venciendo a Djokovic en las finales en 2023 y 2024 — y los cetros del Abierto de Estados Unidos (2022) y el Abierto de Francia (2024).

"Me ayudará mucho haber jugado estos partidos contra el mejor de nuestro deporte, contra alguien que ha jugado partidos históricos", declaró Alcaraz. "Me voy con la cabeza alta".

Conseguir una medalla olímpica de oro para Serbia fue la prioridad de Djokovic en 2024 y lo consiguió en los Juegos de París el pasado agosto, venciendo a Alcaraz en la final. De otro modo, lo único que le importa son las grandes citas.

Djokovic tenía algo más en mente últimamente: estaba enojado por los comentarios insultantes al aire hechos por un comentarista de televisión australiano, y se negó a hablar con el emisor oficial del torneo del país anfitrión el domingo. Djokovic obtuvo las disculpas que buscaba del canal y su empleado el lunes, y dejó claro que estaba listo para concentrarse en enfrentar a Alcaraz.

Pero igualados 4-4, Djokovic agarró su muslo y se agachó después de estirarse para un tiro. Terminó ese juego pero lo perdió, antes de pedir asistencia médica. Cuando se reanudó la acción, su muslo izquierdo estaba vendado, y Alcaraz cerró ese set. Cualquiera que pensara que Djokovic podría capitular mansamente simplemente no le conoce. Comenzó a atacar los servicios de Alcaraz y, pronto, el segundo set fue suyo.

"Si hubiera perdido ese segundo set, no sé si hubiera continuado jugando", dijo Djokovic, acreditando la medicina del médico del torneo por ayudarlo a sentirse mejor.

No había un asiento azul vacío en el estadio, y los aficionados gritaban repetidamente entre puntos, provocando un severo, "Basta. Gracias", de la jueza de silla Eva Asderaki-Moore.

Mientras la pelota estaba en juego, sin embargo, se volvía bastante silencioso, el silencio solo era roto por los graznidos de las gaviotas volando o el chirrido de las zapatillas o los suspiros de los espectadores impresionados durante los peloteos.

Djokovic y Alcaraz mostraron sus habilidades mientras la temperatura bajaba a 20 Celsius (70 F) y el viento soplaba a 30 mph (casi 50 kph), ondeando la camisa azul de Djokovic (aunque no el número sin mangas más ajustado de Alcaraz).

Ambos alcanzaron tiros imposibles. Ambos pasaron de la defensa al ataque y lograron tiros ganadores de la nada. Ambos hicieron mucho más, también, ya fueran los slices de Alcaraz o las maravillosas devoluciones de Djokovic.

Pero fue Djokovic quien fue mejor en esta noche memorable.