A tan solo un mes del inicio de la Copa Potosí 2025, la Unidad Deportiva Lic. Adolfo López Mateos, sede del evento, presenta condiciones deplorables que ponen en entredicho la gestión del Instituto Potosino de Cultura Física y Deporte (INPODE) y de su administrador, Filiberto Pérez. A pesar de las múltiples solicitudes para abordar la situación, el funcionario ha evitado el diálogo, dejando sin respuesta a la comunidad deportiva y a los ciudadanos que utilizan las instalaciones.
Uno de los puntos más críticos es el campo de futbol artificial, donde se llevarán a cabo varios encuentros del torneo. La cancha presenta huecos en los tiros de esquina, con el concreto ya visible debido a la falta de alfombrilla, lo que representa un riesgo tanto para los jugadores como para la integridad del evento.
Otra de las áreas más afectadas es la trotapista panorámica de tartán, un circuito de un kilómetro de longitud que debería ser un espacio seguro para corredores y caminantes. Sin embargo, actualmente luce deteriorada, con múltiples huecos y zonas sin el característico recubrimiento rojo. En la zona del campo de futbol, la reja perimetral también evidencia la falta de mantenimiento, ya que está prácticamente colapsada y únicamente se mantiene en pie gracias a un soporte de madera improvisado.
Además, las condiciones de los baños públicos son inaceptables para un evento de tal magnitud. En los sanitarios masculinos, al menos uno de los inodoros carece de puerta, los lavabos están completamente rotos y, para agravar la situación, no hay suministro de agua potable, lo que deja en duda la higiene y salubridad del recinto para los asistentes.
La Copa Potosí, también conocida coloquialmente como la "Copa del Millón", es un evento que año con año atrae a cientos de deportistas y espectadores. Sin embargo, el estado actual de la Unidad Deportiva López Mateos no solo deja una mala impresión, sino que también pone en riesgo la integridad del público.
La falta de mantenimiento y atención a esta infraestructura pública deja en evidencia una gestión deficiente, lo que genera incertidumbre entre los atletas, entrenadores y visitantes. La pregunta obligada es: ¿Podrán las autoridades competentes solucionar estos problemas antes de que inicie la competencia, o será esta otra edición marcada por la improvisación y el descuido?