El precio de los autos en México volverá a presionarse en 2025. Tras un respiro impulsado por la oferta más económica de marcas chinas, la industria automotriz enfrenta un nuevo escenario: tensiones globales, aranceles, costos elevados y una renovada escasez de chips.
En concesionarias de distintas marcas sobre Avenida Universidad, en Ciudad de México, la percepción ya es compartida. "Los precios van a subir", admite Miguel, asesor de ventas. "Con los aranceles se tendrá que hacer un ajuste; las marcas suelen aprovechar inicio de año para mover listas".
La preocupación no es aislada. En toda la cadena automotriz se siente la presión. Entre 2021 y 2023, los vehículos nuevos subieron cerca de 25%, el mayor incremento en una década, empujados por inflación en la producción, costos logísticos y disrupciones en las plantas.
Ahora, la industria identifica tres factores clave que anticipan nuevos aumentos:
Aranceles impuestos por Donald Trump al acero, aluminio y autopartes, que encarecen la manufactura y afectan directamente al mercado mexicano.
Posible encarecimiento de vehículos chinos, que hasta ahora habían servido de contrapeso y frenado los aumentos.
Una nueva escasez de chips, que amenaza con frenar la producción global, limitar inventarios y elevar precios por menor disponibilidad.
La mezcla de tensiones comerciales, insumos más caros y un mercado dependiente de componentes electrónicos perfila un 2025 con incrementos graduales. Para consumidores y distribuidores, la "tregua" en los precios comienza a desvanecerse.