Cuatro meses después que una contenciosa audiencia congresional llevó a las renuncias de las rectoras de dos prestigiosas universidades estadounidenses, la presidenta de la Universidad de Columbia comparecerá ante la misma comisión para hablar de antisemitismo y de la respuesta de su escuela a los conflictos por la guerra Israel-Hamás.
Nemat Shafik, la presidenta de Columbia, iba a comparecer con los otros directivos universitarios ante la Comisión de Educación y Fuerza Laboral en diciembre, pero no pudo ir por tener otros compromisos.
Horas antes de la comparecencia del miércoles, varios estudiantes propalestinos protestaron en el campus de la universidad en la ciudad de Nueva York. Entre los organizadores están dos grupos ya antes suspendidos por Columbia por realizar protestas no autorizadas: Students for Justice in Palestine y Jewish Voice for Peace.
La protesta podría alimentar las quejas de los republicanos, al realizarse fuera del horario establecido bajo normas nuevas aprobadas por Columbia en febrero. En una conferencia de prensa antes de la comparecencia de Shafik, la legisladora republicana Virginia Foxx declaró: "Hay actividad esta mañana en el campus que no debe ser permitida".
Foxx y la congresista republicana Elise Stefanik se reunieron con estudiantes judíos de Columbia que han denunciado ser víctimas de amenazas y enfrentamientos físicos. Relataron cómo a un estudiante le arrancaron el collar que tenía con una Estrella de David y cómo otros estudiantes les acosan diciéndoles "el Holocausto no fue gran cosa".
Stefanik dijo que los republicanos se asegurarán de que Columbia rinda cuentas por no proteger a sus estudiantes.
"Pese a las afirmaciones de lo contrario, el liderazgo de Columbia se niega a aplicar sus propias normas y a condenar el odio contra los judíos en el campus, creando un caldo de cultivo para el antisemitismo y el apoyo al terrorismo por parte de empleados y estudiantes", declaró Stefanik.
La audiencia en diciembre incluyó declaraciones de las presidentas de la Universidad de Harvard, la Universidad de Pensilvania y el Instituto Tecnológico de Massachusetts, cuyas complicadas respuestas provocaron enojo y alimentaron semanas de controversia. Las rectoras de Pensilvania y Harvard renunciaron poco después.