Burgos (España), 24 jun (EFE).- El Arzobispado español de Burgos iniciará acciones legales si un grupo de diez monjas clarisas excomulgadas el sábado no abandonan voluntariamente el monasterio, para lo que les ha concedido un plazo "prudencial" no concretado.
El arzobispo de Burgos, Mario Iceta, como comisario pontificio y representante legal de los conventos de Belorado, Orduña y Derio (norte de España), explicó este lunes que las diez religiosas, una vez expulsadas de la vida consagrada, carecen de título legal para permanecer en los monasterios.
"Se les envió una comunicación aclarando la situación", confirmó Iceta en conferencia de prensa, aunque cree que saben perfectamente que, si salen de la Iglesia, deben abandonar los monasterios, pues son bienes eclesiásticos que pertenecen a las comunidades.
Iceta insistió en que el requerimiento de salida se llevará de un modo "tranquilo y sereno", y se les dará un "plazo prudencial", pues no se quiere actuar de un modo precipitado.
"Esperemos que ellas se den cuenta de que, al no ser religiosas, no pueden permanecer en el monasterio" de Belorado, donde residen, insistió; el arzobispado estudia esperar hasta los primeros días de julio, pero sin plazo establecido.
Recordó que la excomunión es reversible, siempre y cuando las exmonjas pidan perdón y realicen todo el trámite para volver a la Iglesia católica.
Iceta también se refirió al falso obispo Pablo de Rojas, excomulgado en 2019, y al también falso sacerdote José Ceacero, a los que ya se les requirió formalmente para que abandonaran el monasterio y continúan allí de forma "fehaciente y contumaz".
"Va a haber una diferencia grande entre las hermanas y estos dos", apuntó Iceta, pues tras cuatro semanas sin atender los requerimientos del arzobispo, serán los servicios jurídicos los que les instarán judicialmente a que se marchen.
Como comisario pontificio, Iceta ha asumido el control total del monasterio en términos religiosos, patrimoniales y económicos.
Las diez clarisas españolas declararon haberse "separado voluntariamente" de la Iglesia católica y se pusieron bajo la tutela del obispo no reconocido por la Iglesia.
El Arzobispado de Burgos informó el sábado de que Iceta había comunicado el decreto de excomunión y la expulsión ipso facto de la vida consagrada a todas y cada una de las diez hermanas que incurrieron en cisma.
Las monjas habían enviado el viernes un burofax al arzobispado en el que rechazaban comparecer ante el Tribunal Eclesiástico, como se les había pedido, al no reconocer su autoridad, y comunicaron su "unánime e irreversible posición" de abandonar la Iglesia católica.
El pasado 13 de mayo estas diez religiosas comunicaron, con un manifiesto y una carta pública, su salida de la Iglesia católica para ponerse bajo la tutela de la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, fundada por el falso obispo Pablo de Rojas.
El origen del conflicto está en la negativa por parte de las autoridades eclesiásticas a que las monjas pudieran vender un convento que tienen en propiedad y que está vacío, para hacer frente a la compra de otro monasterio.