BEIRUT (AP) — Musulmanes chiíes de Líbano e Irak conmemoraron el miércoles la Ashura, donde se recuerda la muerte, en el siglo VII, de Hussein, el nieto del profeta Mahoma, que dio origen a su fe, al tiempo que rendían homenaje a los palestinos mientras la guerra entre Israel y Hamás entraba en su 10º mes y las tensiones entre Hezbollah y el ejército israelí aumentaban.
La división entre las dos sectas principales del islam se profundizó cuando los suníes asesinaron al imán Hussein en una batalla en la ciudad iraquí de Karbala, al sur de Bagdad. Hasta el día de hoy, esa división sigue siendo clave en la identidad de los chiíes, que representan más de 10% de los 1.800 millones de musulmanes en el mundo.
En la comunidad chií, la Ashura se considera un símbolo de la lucha contra la injusticia y la tiranía. Los participantes suelen vestir de negro y colocar carpas funerarias en señal de duelo, mientras llevan banderas rojas que representan la sangre de Hussein. Los clérigos relatan la historia de su muerte mientras los musulmanes chiíes lloran y se dan golpes de pecho.
En los suburbios del sur de Beirut, donde Hezbollah tiene una fuerte presencia, jóvenes exploradores llevaban retratos del líder del grupo armado, Hasán Nasrala, del líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, y del prominente clérigo chií libanés Moussa al-Sadr, desaparecido desde 1978. Miles de personas asistieron a la procesión en homenaje a los cientos de militantes de Hezbollah muertos en los prolongados enfrentamientos con el ejército israelí en el sur de Líbano, muchas de ellas agitando la bandera amarilla del grupo.
Nasrallah dijo previamente que Hezbollah no realizaría procesiones de la Ashura en el sur de Líbano debido a los enfrentamientos.
Desde el inicio de la guerra en Gaza el 7 de octubre tras el ataque sorpresivo de Hamás, Hezbollah, aliado del grupo armado palestino, lanzó ataques contra Israel, matando a 17 soldados y 13 civiles en los últimos 10 meses. Los ataques israelíes en el sur de Líbano han provocado la muerte de 450 personas. Decenas de miles de personas de ambos lados de la frontera han sido desplazadas desde entonces.
En un discurso televisado el miércoles para conmemorar la Ashura, Nasrala advirtió al ejército israelí que no atacara a civiles en Líbano, y dijo que el grupo atacaría nuevas ciudades y poblados israelíes si lo hacía.
"Si sus tanques vienen a Líbano y al sur de Líbano... no les quedará ninguno".