WASHINGTON (AP) — El presidente Joe Biden se dirige al oeste de Estados Unidos para una gira de campaña de tres días en la que buscará animar a los sectores de la coalición que lo llevó al poder en las elecciones pasadas.
Gran parte de la gira por Nevada, Arizona y Texas será dedicada a cortejar el voto hispano que contribuyó a su victoria electoral en 2020 y a enfatizar su posición a favor de los sindicatos y el aborto.
La primera parada será en Reno, Nevada, donde Biden se reunirá con funcionarios locales y voluntarios de su campaña en el condado Washoe, antes de dirigirse a Las Vegas para promover los intentos de su gobierno de proporcionar viviendas asequibles.
Luego irá a Phoenix para otro evento en un condado crucial, donde promoverá sus acciones para fortalecer la manufactura de chips de computadoras.
Las gestiones de esta semana para atraer el voto hispano, que incluyen el lanzamiento formal el martes de la iniciativa Latinos con Biden-Harris, son parte de los intentos más amplios de la campaña por reanimar a los diversos sectores que serán clave para una reelección del mandatario demócrata en noviembre. Tales gestiones han cobrado inusitada importancia en momentos en que partes de la base de Biden, como por ejemplo los adultos negros e hispanos, se han desencantado con la labor del presidente.
En una encuesta AP-NORC realizada en febrero, 38% de los adultos estadounidenses aprobaron de la manera en que Biden está manejando su cargo. Un 58% de los adultos de raza negra aprueban de Biden, comparado con 36% de los adultos hispanos. Los adultos negros tienden más a aprobar de la gestión de Biden que los adultos hispanos, pero ese apoyo ha ido disminuyendo en los tres años desde que el demócrata asumió la presidencia.
La campaña de Biden y grupos afines han establecido oficinas en el condado Washoe y en zonas específicas de Las Vegas que según asesores ayudarán a la campaña a llegarle a votantes negros, hispanos y asiáticos.
Organizadores bilingües ya están en el terreno en Arizona, y la campaña ha abierto una oficina en Maryvale, una importante comunidad hispana en Phoenix. La campaña ha contratado a más de 40 personas en Nevada y Arizona.
Funcionarios de la campaña creen que los votantes antes apáticos ahora están percibiendo la realidad de que la elección será entre Biden y el expresidente Donald Trump, ahora que ambos candidatos tienen aseguradas las respectivas nominaciones de sus partidos. Están acelerando esfuerzos por forjar coaliciones en estados cruciales, aprovechando el impulso generado por el discurso de Estado de la Unión que pronunció Biden hace pocos días.