Jan Yunis, Gaza.- Cuando los primeros autobuses de la Cruz Roja se abren paso lentamente entre la multitud a las puertas del Hospital Nasser de Jan Yunis, en el sur de Gaza, ésta se abalanza sobre ellos. Entre besos y lágrimas, recibe a más de mil gazatíes a los que el Ejército israelí detuvo durante los más de dos años de ofensiva en la Franja.
“Me detuvieron en el hospital Kamal Adwan (de Beit Lahia, norte de la Franja), fui el único periodista allí”, cuenta a EFE Islam Ahmed. A pesar de las ojeras oscuras y profundas que le atraviesan la mirada, se le escapan sonrisas mientras explica su historia una vez de vuelta en Gaza.
“Sobre las condiciones de detención: Fueron muy miserables. ¡Los maltratos con golpes y la humillación no eran nada fáciles!”, explica. Antes de su detención pesaba 106 kilogramos y ayer, cuando le pesaron antes de su puesta en libertad, 76.
Cuando la puerta de uno de los autobuses se abre, lo primero que la multitud encuentra es a uno de los presos desplomado en el suelo del vehículo. Los miembros de Cruz Roja tienen que sacarle en brazos y trasladarle corriendo al hospital.
La mayoría están pálidos y su delgadez queda oculta bajo los chándales que visten, marcados en el pecho con el logo del Servicio de Prisiones de Israel.