WASHINGTON.- Un centro de detención de Georgia, en donde mujeres afirman que fueron sometidas a procedimientos médicos no solicitados, y una cárcel de Massachusetts donde hubo denuncias de condiciones inhumanas, ya no se usarán para detener a inmigrantes, informó el jueves el gobierno del presidente Joe Biden.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS por siglas en inglés) anunció que cancelará sus contratos con la agencia pública local que administra el centro de detención en North Dartmouth, Massachusetts, y con la empresa privada que opera el Centro de Detención del condado Irwin, en Georgia.
Cualquier individuo que Estados Unidos considere que debe permanecer detenido será trasladado a otra instalación, informó el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, cuando anunció la medida, que había sido solicitada por los defensores de inmigrantes.
“Permítanme exponer un principio fundacional”, dijo Mayorkas, “No toleraremos el maltrato de individuos detenidos por delitos civiles de inmigración ni condiciones de detención deficientes”.
Añadió que dejar de usar las instalaciones es parte de una campaña para impulsar “mejoras duraderas” en un sistema de detención que, según afirman desde hace mucho los defensores de inmigrantes, retiene durante demasiado tiempo y en condiciones inadecuadas a personas por delitos civiles de inmigración.
También refleja un esfuerzo general por revocar las políticas antiinmigrantes que caracterizaron la política federal durante la presidencia de Donald Trump.
El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), parte del DHS, tiene detenidas a unas 19.000 personas que no son ciudadanos estadounidenses para su deportación en unas 200 instalaciones en diversas partes del país, aproximadamente una cuarta parte menos que el año anterior. Cerca de 73% de quienes están detenidos no tienen antecedentes delictivos y muchos otros sólo han cometido delitos menores, según la Transactional Records Access Clearinghouse, una organización que recopila datos en la Universidad Syracuse.
En un comunicado que señalaba que “revisará las preocupaciones” relacionadas a otros centros de detención, el DHS insinuó que podrían clausurarse otros instalaciones de ese tipo.