Los antiguos textos griegos y romanos sugerían que los celtas de la región de la Galia cortaban las cabezas de sus enemigos después de las batallas y las colgaban alrededor de los cuellos de sus caballos como trofeos mientras regresaban a casa.
Ahora, los investigadores tienen evidencia de que estas afirmaciones son reales y detallan sus hallazgos en un artículo publicado este miércoles en la revista especializada Journal of Archaeological Science.
Los científicos analizaron piezas de cráneos encontrados en el sitio celta de Le Cailar, en el sur de Francia, un asentamiento fortificado de la Edad de Hierro que fue descubierto en el año 2000 sobre una pequeña colina cercana a una laguna conectada al río Ródano, un puerto para los comerciantes mediterráneos.
Entre 2003 y 2013, los investigadores excavaron en el sitio alrededor de 50 cráneos, divididos en unos dos mil 500 pedazos, los cuales se encontraban junto a armas en un punto que posiblemente era una de las puertas del asentamiento.
La colocación de las cabezas y las armas sugiere que, hace mucho tiempo, estaban en exhibición en un espacio grande y abierto dentro del sitio, indican los investigadores.
El sitio fue ocupado desde el siglo VI aC hasta el primer siglo dC, después de la conquista romana de la Galia. Los cráneos datan del siglo III aC que fue conocido por sus numerosas batallas y guerras en casi toda Europa occidental.
Los científicos analizaron químicamente 11 fragmentos de cráneo para ver si tenían rastros de embalsamamiento, de ellos seis mostraban signos de resina de coníferas, junto con moléculas que están presentes sólo cuando la resina de los pinos se calienta a una temperatura alta.
Esta es la primera vez que el análisis químico ha encontrado evidencia de que los celtas embalsamaron cabezas durante la Edad del Hierro, sostienen los investigadores.