WASHINGTON (AP) — Funcionarios del alto rango del gobierno de Estados Unidos trabajaban el miércoles para intentar alcanzar un acuerdo de último momento para brindar ayuda de guerra a Ucrania y accedieron a las demandas de los senadores republicanos para reforzar las políticas en la frontera con México, mientras aumentaba la urgencia debido a que el Congreso se preparaba para salir de Washington sin resolver el asunto.
La Casa Blanca se apresuraba a concretar un acuerdo en principio con los negociadores clave del Senado, lo que les permitiría trabajar en la redacción de la iniciativa durante el receso por la temporada navideña, de acuerdo con dos personas al tanto de los planes que hablaron bajo condición de anonimato.
A medida que se daban a conocer los detalles del plan, defensores de inmigrantes y miembros del Partido Demócrata, al que pertenece el presidente Joe Biden, expresaron su inquietud en cuanto a las políticas que se debatían. Algunos se manifestaron en el Capitolio, advirtiendo de un retorno a las estrictas medidas fronterizas y de migración de la presidencia de Donald Trump.
El Congreso no tiene mucho tiempo para llegar a un acuerdo sobre los 110.000 millones de dólares que solicitó Biden para Ucrania, Israel y otras necesidades de seguridad nacional que los republicanos retienen para exigir cambios en la política fronteriza. Mientras funcionarios de la Casa Blanca y negociadores clave del Senado parecían estar reduciendo una lista de prioridades para reforzar la frontera entre Estados Unidos y México y expulsar a algunos migrantes recién llegados que ya están en territorio estadounidense, los republicanos del Senado dijeron que no hubo suficiente progreso para justificar su permanencia en Washington más allá del jueves.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, visitó Washington esta semana para implorar el apoyo de los legisladores, quienes seguían dispuestos a marcharse durante semanas mientras continuaba seriamente en duda uno de los compromisos internacionales clave de Estados Unidos: ayudar a detener la invasión del presidente ruso Vladímir Putin en Ucrania. También quedaría pendiente un acuerdo sobre uno de los temas más engorrosos de la política estadounidense: la inmigración y la seguridad fronteriza.
"Esto es difícil, muy difícil", comentó el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, en un discurso en el Senado el miércoles. "Pero nos enviaron aquí para hacer cosas difíciles".
Entre las propuestas que se están debatiendo seriamente, según varias personas al tanto de las conversaciones privadas, figuran planes para permitir que los agentes de Seguridad Nacional impidan a los migrantes solicitar asilo en la frontera sur de Estados Unidos si el número total de cruces supera la capacidad diaria de aproximadamente 5.000 personas. Este año ha habido días en que se superan los 10.000.
También se debaten propuestas para detener a las personas que soliciten asilo en la frontera, incluidas las familias con niños, posiblemente con sistemas de monitoreo electrónico.
Los negociadores también estudian la manera de permitir que las autoridades expulsen rápidamente a los migrantes que lleven menos de dos años en Estados Unidos, incluso si se encuentran lejos de la frontera. Pero esas expulsiones solo se extenderían a las personas que no hayan solicitado asilo o que no hayan sido aprobadas para entrar en el sistema de asilo, según una de las personas al tanto de las negociaciones.
Las políticas se parecen a las que el gobierno republicano del expresidente Donald Trump trató de implementar para reducir los cruces fronterizos, pero muchas de ellas fueron impugnadas con éxito en los tribunales. Si el Congreso las convirtiera en ley, daría a los defensores de la inmigración muy poco terreno legal para desafiar las restricciones para quienes buscan asilo.
Los defensores de migrantes, quienes planean manifestaciones en todo el Capitolio el miércoles, advirtieron de un retorno a las políticas antiinmigración y cuestionaron si realmente abordarán los problemas en la frontera.
"Nunca habría imaginado que en un momento en el que tenemos un Senado demócrata y una Casa Blanca demócrata nos acercamos a la mesa y proponemos algunas de las políticas de inmigración más draconianas que haya habido", dijo Maribel Hernández Rivera, directora de política y asuntos gubernamentales de la Unión Americana de Libertades Civiles.
En las negociaciones del Senado también se había llegado a cierto acuerdo sobre el aumento del umbral para que las personas puedan solicitar asilo en los exámenes iniciales de temor creíble.
Los senadores republicanos debatieron la propuesta de la Casa Blanca durante un almuerzo de trabajo y expresaron cierto optimismo por el hecho de que el gobierno de Biden participara directamente en la elaboración de la propuesta. Pero muchos senadores dijeron que no había tiempo suficiente para llegar a un acuerdo.
"Nadie ha redactado nada. En este momento todo son conceptos", dijo el senador John Thune, el segundo republicano de mayor rango en el Senado, y añadió: "No se ha finalizado un acuerdo".
Incluso si los senadores permanecieran en Washington para aprobar las propuestas, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, también tendría que impulsar la medida en su cámara, donde probablemente habrá oposición de ambos partidos. Los conservadores de línea dura se quejan de que las propuestas del Senado no van lo suficientemente lejos, mientras que los demócratas progresistas y los legisladores hispanos se oponen a cortar el acceso al asilo.
Durante una conferencia de prensa frente al Capitolio, los líderes del Caucus Progresivo del Congreso y el Caucus Hispano del Congreso prometieron oponerse a las políticas que se debaten. También dijeron que los legisladores latinos deberían ocupar un lugar central en las negociaciones.
"(Biden) hizo campaña para restaurar el alma de la nación y mantener firmes nuestros valores democráticos y los principios de nuestros padres fundadores. Y eso incluye defender nuestro sistema de asilo y el trato respetuoso a los refugiados", dijo el senador demócrata Alex Padilla.
Señaló que era "inconcebible" que el presidente demócrata haga concesiones en política fronteriza sin obtener medidas que beneficien a los migrantes.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo que el gobierno estaba "motivado" por el progreso en las negociaciones y aseveró que cualquier producto final tiene que ser un "compromiso bipartidista." Se negó a abordar las críticas de los defensores de que las disposiciones en discusión podrían ser más draconianas que las de Trump.
En el Capitolio, los senadores que han estado negociando el paquete fronterizo instaron a los líderes del Congreso a convocar a los legisladores de vuelta a Washington la próxima semana, con la esperanza de que puedan aprovechar el impulso de esta semana para avanzar el paquete.
Pero sus colegas advirtieron que la aprobación del paquete por parte del Senado sería inútil a menos que la Cámara de Representantes estuviera dispuesta a actuar con rapidez.
"Será una piñata a la que la gente le pegará durante las próximas semanas", dijo el senador republicano John Cornyn.