Kiev, Ucrania.- Los ucranianos compartieron su decepción el sábado por la posibilidad de que Estados Unidos no proporcione a Kiev misiles Tomahawk de largo alcance, mientras que el trabajo para reparar el suministro de energía dañado a la planta de energía de Zaporiyia en el país alivió otras preocupaciones en torno a la planta nuclear más grande de Europa.
El presidente ucraniano Volodímir Zelenski se reunió el viernes con su homólogo estadounidense Donald Trump en la Casa Blanca, después de que el líder republicano señalara que Washington podría proporcionar a Ucrania los misiles de largo alcance que, según Kiev, ayudarán a llevar al presidente ruso Vladímir Putin a la mesa de negociaciones.
Sin embargo, Zelenski finalmente se fue con las manos vacías, un resultado que desilusionó, pero no se sorprendió, a muchas personas en las calles de la capital ucraniana, quienes mantuvieron su determinación de poner fin a la invasión rusa a su país, la cual ya ha durado tres años y medio.
Un militar ucraniano, Roman Vynnychenko, dijo a The Associated Press que creía que la perspectiva de misiles Tomahawk para Ucrania era un “juego” político. “Ucrania no obtendrá esos misiles”, dijo.
Mientras tanto, Rusia mantuvo su bombardeo aéreo sobre Ucrania, lanzando tres misiles y 164 drones durante la noche, informó el sábado la Fuerza Aérea de Ucrania. Añadió que las fuerzas ucranianas derribaron 136 de los drones.
Asimismo, comenzaron los trabajos para reparar el suministro de energía dañado en la planta nuclear de Zaporiyia en Ucrania, informó el sábado el jefe del organismo de control nuclear de la ONU. Se espera que las reparaciones pongan fin a un precario apagón de cuatro semanas que la mantuvo dependiente de generadores de respaldo.