ROMA (AP) — Un obispo francés aplazó cualquier decisión sobre la retirada de los mosaicos elaborados por un artista y antiguo jesuita acusado de abusar de mujeres, y afirmó que, por el momento, permanecerán en el santuario de Lourdes pero en algún momento deberían ser retirados.
Los mosaicos dejarán de iluminarse cada noche durante la oración vespertina, apuntó el obispo de Lourdes, Jean-Marc Micas, en un comunicado el martes. Pero en declaraciones al diario católico francés La Croix (La Cruz) dijo que había decidido no retirarlos ahora porque no quería "destrozar la iglesia".
"Mi convicción profunda, formada e íntima es que un día habrá que retirarlos: impiden que Lourdes llegue a todas las personas a las que va dirigido el mensaje del santuario", indicó Micas según fue citado. "Pero he decidido no retirarlos de inmediato, dadas las pasiones y la violencia que genera este tema".
El sacerdote Marko Rupnik ha sido acusado por más de 20 mujeres de abusos psicológicos, espirituales y sexuales durante décadas. No ha respondido a las acusaciones y se negó a cooperar con la investigación de su antigua orden jesuita, pero sus colaboradores han denunciado lo que califican de "linchamiento" mediático.
Los jesuitas lo expulsaron el año pasado tras determinar que las acusaciones de las mujeres eran "muy creíbles". Algunas afirman que los abusos ocurrieron durante la creación de la propia obra de arte y que, por lo tanto, los mosaicos son un recordatorio provocador y traumático de lo que padecieron.
El Vaticano abrió una investigación canónica sobre Rupnik el pasado octubre, tras la indignación por la falta de justicia para sus víctimas y las sospechas de que había sido protegido por la jerarquía jesuita, incluyendo el papa Francisco. El pontífice negó cualquier implicación significativa en el asunto pero confirmó que Rupnik había sido excomulgado por cometer uno de los delitos más graves de la Iglesia católica: usar la confesión para absolver a una mujer con la que mantuvo relaciones sexuales.
El debate sobre qué hacer con sus mosaicos ha estado latente durante dos años, en parte porque sus trabajos están muy extendidos: adornan algunos de los santuarios, basílicas y ermitas más importantes y visitados de la Iglesia católica en todo el mundo.
El debate se reactivó la semana pasada luego de que el jefe de comunicación de Vaticano defendió enérgicamente seguir utilizando esas obras en la web Noticias del Vaticano.
Esta postura llevó al principal asesor papal en la lucha contra los abusos, el cardenal Sean O´Malley, a enviar una carta a todas las oficinas de la Santa Sede instándolas a dejar de utilizar las obras de Rupnik. O´Malley indicó que seguir promocionándolas supone ignorar el dolor de las víctimas y podría implicar una defensa del sacerdote esloveno.
Ese mismo día, cinco mujeres que acusan a Rupnik de abusos enviaron cartas a obispos de todo el mundo pidiéndoles que retiren sus mosaicos.
Una de ellas, la monja francesa Samuelle, dijo a The Associated Press que Rupnik la tocó de forma íntima precisamente mientras colocaban un mosaico, sobre un andamio.
"¿Cómo puedo estar hoy en paz frente a ciertos mosaicos que me hacen recordar vívidamente ciertas cosas?", dijo a la AP. "Delante de esa Madonna, o en esa iglesia, o en aquel otro lugar, sé que Rupnik, en cuanto terminó esta pieza del mosaico, se acercó y empezó a tocarme la espalda. ¿Cómo puedo mirar esos mosaicos en paz hoy en día? ¿Cómo puedo ver la imagen de Dios sin recordar la violencia de esos gestos y la violencia psicológica y la presión de Rupnik? No puedo".
El miércoles, las cinco mujeres se ofrecieron a reunirse con Micas para buscar juntos una solución. Celebraron su decisión de no iluminar las obras por la noche como un "primer paso", pero señalaron que hay que hacer más.
"Y aunque es cierto que por la noche los mosaicos dejarán de estar iluminados, de día seguirán siendo claramente visibles y seguirán alimentando el desconcierto de los fieles y el sentimiento de dolor de las víctimas", afirmaron en un comunicado difundido por su abogada, Laura Sgro.