LA PAZ, Bolivia (AP) — La cancillería de Bolivia calificó el lunes de "inamistosas y temerarias" las declaraciones de la oficina del presidente de Argentina sobre su repudio a "la falsa denuncia de golpe de Estado" en Bolivia, en referencia al levantamiento militar que tuvo lugar en el país andino la semana pasada.
En un comunicado además lamentó "que intereses políticos internos y externos... una vez más intenten amenazar la estabilidad y la institucionalidad del Estado de Bolivia".
"Hace tiempo que la democracia boliviana está en peligro. No por un golpe militar, sino porque históricamente los gobiernos socialistas derivan en dictaduras", indicó el pronunciamiento del gobierno argentino y agregó que "Bolivia tiene más de 200 presos políticos, incluida la expresidenta interina Jeanine Áñez y el gobernador de Santa Cruz Luis Fernando Camacho".
Al respecto el comunicado de la cancillería boliviana calificó tales aseveraciones de "desinformadas y tendenciosas", lo cual "constituye un exceso y un negacionismo inaceptable", al tiempo que reclamó "respeto a la soberanía y no intervención en asuntos internos de otros Estados de acuerdo con la Carta de las Naciones Unidas".
"Nosotros siempre hemos mantenido una posición de respeto y vamos a exigir el mismo respeto al tema de injerencia", había dicho más temprano la viceministra de Comunicación, Gabriela Alcón.
El presidente Luis Arce destacó el apoyo de la comunidad internacional a su gobierno y rechazó las acusaciones de un supuesto autogolpe como manifiestan varios sectores políticos, entre ellos su antiguo aliado y actual adversario político, el expresidente boliviano Evo Morales.
El miércoles de la semana pasada el entonces comandante del Ejército, Juan José Zúñiga, acompañado del comandante de la Armada, Juan Arnez, irrumpió con una tanqueta militar en el palacio presidencial. Arce lo encaró ante lo cual el militar alzado replegó a los soldados fuertemente armados.
Antes de ser detenido Zúñiga dijo que el propio mandatario le había pedido una acción de esa naturaleza para levantar su popularidad, pero no presentó pruebas. Desde ese momento la duda se instaló en los bolivianos.
Hasta el fin de semana han sido detenidos 21 militares, varios de ellos jubilados, y un civil. Los principales cabecillas, entre ellos Zúñiga, fueron enviados a la cárcel en prisión preventiva mientras son investigados por alzamiento armado y terrorismo.
Morales dijo que al principio creyó la versión oficial sobre el alzamiento armado. "Lucho (Arce) mintió, engañó al pueblo y al mundo entero con este golpe o autogolpe", señaló el domingo en su programa de radio.
Según el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, Zúñiga comentó a sus cómplices que tenía el apoyo de algunas embajadas" con base en declaraciones del actualmente detenido excomandante de la Fuerza Aérea, general Marcelo Zegarra.
Zegarra estuvo ese día entre los líderes de la asonada militar, pero ahora colabora con las investigaciones.
"Según Evo (Morales), si no hay muertos no hay golpe de Estado", respondió del Castillo. Dijo además que Zúñiga "tenía ya un discurso preparado y a su gabinete" para asumir de facto el gobierno y convocar a elecciones en 90 días. "Felizmente muchas personas se insubordinaron", dijo el funcionario.
A su vez el expresidente Carlos Mesa (2003-2004) manifestó el lunes sus temores de que el gobierno utilice el caso "como pretexto para desatar una nueva persecución a la oposición".