MIAMI (AP) — Los padres sentados en torno a la gran mesa rectangular de comedor de Nora Sandigo almorzaron antes de firmar documentos para hacer de la inmigrante nicaragüense la tutora legal de sus hijos, confiándoselos en caso de ser deportados. Ella les dio una lista de lo que debían llevar consigo: certificados de nacimiento, registros médicos y escolares, documentos de inmigración, su número de teléfono.
"Hablen con sus hijos y díganles lo que puede suceder, que tengan mi número de teléfono a mano, que lo aprendan, que lo graben", dijo Sandigo el domingo.
Para el grupo en la casa de Sandigo en el suroeste de Miami y para millones de personas que están en Estados Unidos de manera ilegal o con permiso de residencia temporal, el inicio el lunes del segundo mandato de Donald Trump como presidente viene con la sensación de que su tiempo en Estados Unidos podría terminar pronto. Trump hizo de las deportaciones masivas un tema clave de su campaña y ha prometido una serie de órdenes iniciales para remodelar la política migratoria.
"No hay que tener miedo, hay que estar preparados", les dijo Sandigo al grupo de unas 20 personas, incluidos niños pequeños, que observaron una demostración de cómo responder si los oficiales de inmigración tocan a su puerta. "Tomen precauciones donde sea que estén".
Sandigo, quien llegó a Estados Unidos en 1988, se ha ofrecido como tutora de más de 2.000 niños en 15 años, incluyendo al menos 30 desde diciembre. Un notario estuvo presente el domingo.
Erlinda, una madre soltera de El Salvador que llegó en 2013, firmó los derechos legales de sus hijos nacidos en Estados Unidos, de 10 y 8 años. Dijo que solicitó asilo pero no sabe el estado de su caso.
"Tengo miedo por mis hijos, que vivan el terror de no ver a su madre por un día, por un mes, por un año. ¿Qué sería?", dijo Erlinda, de 45 años, quien pidió ser identificada solo por su primer nombre debido al miedo a ser detenida.
Los planes para arrestos de deportación parecían estar en marcha después de que se filtrara la noticia de una operación en Chicago esta semana. Tom Homan, el "zar de la frontera" de Trump, dijo en Fox News Sunday que Chicago "no está descartado, pero estamos reconsiderando cuándo y cómo hacerlo". Dijo que la filtración generó preocupaciones sobre la seguridad de los agentes.
Las llamadas ciudades santuario, que limitan la cooperación de la policía local con las autoridades federales de inmigración, han sido un objetivo favorito de Trump, especialmente Chicago. Las noticias de que campaña de detenciones comenzaría en la tercera ciudad más grande de la nación provocaron una nueva sensación de urgencia y miedo.
Chicago se convirtió en ciudad santuario o refugio en la década de 1980 y ha reforzado sus políticas desde entonces, incluso después de que Trump asumiera el cargo en 2017. La semana pasada, el Consejo de la Ciudad rechazó rotundamente un plan con pocas esperanzas de éxito que pedía excepciones que permitieran a la policía local trabajar con agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) en casos de deportación para personas acusadas o condenadas por delitos.
El reverendo Homero Sánchez dijo que no se dio cuenta de la profundidad del miedo en la comunidad inmigrante de Chicago a la que sirve hasta que alguien le pidió que manejara la venta de la casa de su familia y otras finanzas si eran detenidos después de que Trump asumiera el cargo.
"Se sienten señalados por quienes son. Sienten que están reviviendo este miedo que tenían hace ocho años", dijo Sánchez, de la parroquia Santa Rita de Cascia, en el lado sur de Chicago. "Sienten que va a pasar algo. Esta no es su ciudad debido a la amenaza".
Sánchez, cuya congregación ha consistido en buena medida de personas de ascendencia mexicana desde la década de 1980, dedicó la misa del domingo "en solidaridad con nuestros hermanos y hermanas inmigrantes".
El cardenal Blase Cupich, quien lidera la arquidiócesis de Chicago, dijo que las noticias de que la ciudad era un objetivo de los agentes de inmigración eran "no solo profundamente perturbadoras, sino que también nos hieren profundamente".
"Estamos orgullosos de nuestro legado de inmigración que continúa en nuestros días para renovar la ciudad que amamos", dijo Cupich el domingo durante una visita a la Ciudad de México, según una copia de sus comentarios preparados.
El ICE arresta a una pequeña parte de sus objetivos en operaciones callejeras, aunque se espera que Trump lance una red más amplia que el presidente Joe Biden, cuya estrategia de recoger personas lejos de la frontera se limitaba en su mayor parte a aquellos con antecedentes penales graves o que suponen un riesgo para la seguridad nacional.
El gobierno de Biden también acabó con la práctica de arrestos masivos en lugares de trabajo, que eran comunes bajo Trump, como una operación de 2019 que tenía como objetivo plantas de procesamiento de pollo en Mississippi.
Los asesores de Trump han dicho que los agentes de inmigración arrestarán a otras personas, como cónyuges o compañeros de cuarto, que no son objetivos pero que están en el país sin permiso de residencia.