La periodista filipina y premio nobel de Paz María Ressa advirtió de los peligros de la inteligencia artificial y pidió a los Gobiernos mundiales regular las plataformas digitales durante un evento sobre integridad de la información organizado por el G20 este miércoles en São Paulo.
Ressa denunció que la industria de las plataformas digitales es "la más desregulada que existe" e insistió que "las leyes que existen en la esfera pública deberían existir también en internet".
La periodista filipina señaló que a medida que avanza el tiempo "los Gobiernos democráticos no ponen límites" a las empresas tecnológicas, su poder "se debilita, y en un momento dado va a ser imposible recuperar" los derechos.
Como ejemplo, Ressa explicó que la inteligencia artificial generativa tiene "el poder de acabar con los medios de comunicación" y advirtió que si esto ocurriese "acabaría la democracia".
Por su parte, la subsecretaria general de Comunicaciones Globales de la ONU, Melissa Fleming, alertó de los peligros del estallido de la inteligencia artificial en un "superaño electoral" en el que se celebran comicios en más de 70 países.
Fleming lamentó que los "paisajes informativos están muy contaminados con desinformación intencionada", entre los que citó los contenidos generados por inteligencia artificial que pueden recrear imágenes y audios sin dejar huellas.
Y apuntó a que esta falta de integridad en la información es "una de las mayores amenazas para la democracia hoy".
"La gente necesita confiar en el proceso electoral, necesita saber que su voto va a ser contado y necesita saber que cuando acude a las urnas, los candidatos que elija serán con base en decisiones tomadas a partir de información fiable", explicó la subsecretaria.
Por este motivo, Fleming insistió que, además de exigir que las plataformas "pongan una marca de agua a toda la información generada por inteligencia artificial", se fortalezcan los medios de comunicación de interés público, que realizan una labor "vital" a la hora de proporcionar información fiable.
El ministro de Comunicación Social de Brasil, Paulo Pimenta, apuntó a las graves consecuencias sufridas en el país como fruto de la desinformación.