PARÍS (AP) — La policía francesa desalojó el martes a varios migrantes de un campamento improvisado en París a unos pasos del río Sena, una nueva operación en lo que grupos de ayuda describen como una campaña de "limpieza social" antes de los Juegos Olímpicos.
Antes del amanecer en una mañana inusualmente fría para abril, unos 30 adolescentes y hombres jóvenes de África occidental fueron despertados por la policía e instados a empacar sus carpas y pertenencias. La mayoría eran menores de edad y estaban tramitando su residencia legal en el país.
"Ya estaba asustado, pero ahora estoy aún más asustado porque no sé a dónde ir", señaló Boubacar Traore, de 16 años y que dijo haber llegado a Francia dos meses antes tras huir del conflicto en Burkina Faso.
La operación llegó unos días después de que la policía desalojara el mayor campamento de invasores de Francia en un suburbio al sur de París.
Los desalojos y desahucios de campamentos migrantes ocurren cada primavera, al terminar una "tregua" del invierno, cuando las autoridades hacen una pausa en esas intervenciones.
Sin embargo, grupos de ayuda que trabajan con migrantes y otras personas vulnerables en la región de París dicen que estos esfuerzos se han intensificado antes de los Juegos. Señalan que la gente se ve expulsada a lugares lejanos de la capital en lugar de que se le ofrezca refugio en la región de París, donde muchos solicitantes de asilo tienen citas judiciales programadas.
"Las autoridades quieren tener un sitio limpio para los Juegos Olímpicos. No quieren que los turistas vean París como una ciudad llena de migrantes y solicitantes de asilo", dijo el martes Elias Hufnagel, voluntario de un grupo que atiende a refugiados y migrantes, en el campamento en París.
La policía parisina dijo que la operación se había hecho por motivos de seguridad, en especial porque el campamento estaba cerca de escuelas.
En una calle cercana había dos grandes autobuses que se dirigían a Besançon, 400 kilómetros (240 millas) al sureste de París. Las autoridades propusieron reubicar a los jóvenes allí y les ofrecieron alojamiento para tres semanas. Pero la mayoría no aceptó la oferta por temor a verse aún más aislados y sin plan cuando terminaran las tres semanas.
Traore fue uno de los que se negó a viajar porque está esperando una cita judicial en París dentro de dos días. No estaba claro dónde dormiría el martes por la noche.