COPENHAGUE, Dinamarca (AP) — Dinamarca gravará a los ganaderos por las emisiones de efecto invernadero de sus vacas, ovejas y cerdos a partir de 2030, el primer país que lo hace en un intento de combatir una importante fuente de emisiones de metano, uno de los gases más potentes que contribuyen al calentamiento global.
El plan forma parte del objetivo de reducir las emisiones de efecto invernadero de Dinamarca en un 70% respecto a los niveles de 1990 para 2030, indicó el ministro de Hacienda, Jeppe Bruus.
Para 2030, los ganaderos daneses pagarán 300 coronas (43 dólares) por tonelada equivalente a dióxido de carbono. El impuesto subirá a 750 (108 dólares) coronas para 2035. Sin embargo, debido a una deducción fiscal a los ingresos del 60%, el coste real por tonelada comenzará en 120 coronas (17,3 dólares) y subirá a 300 coronas para 2035.
Aunque el dióxido de carbono suele recibir más atención por su papel en el cambio climático, el meano atrapa en torno a 87 veces más calor en un periodo de 20 años, según la Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA).
Los niveles de metano, que se emite en lugares como vertederos, sistemas de petróleo y gas natural y explotaciones de ganado, han subido especialmente rápido desde 2020. El ganado supone en torno al 32% de las emisiones de metano causadas por la humanidad, según el Programa de Medio Ambiente de la ONU.
"Daremos un paso más hacia alcanzar la neutralidad climática en 2045", dijo Bruus, añadiendo que Dinamarca "será el primer país del mundo que introduce un tasa real de CO2 sobre la agricultura" y que esperaba que otros países hicieran lo mismo.
Nueva Zelanda había aprobado una ley similar que habría entrado en vigencia en 2025. Sin embargo, la norma fue eliminada de los registros oficiales el miércoles tras duras críticas de ganaderos y un cambio de gobierno en las elecciones de 2023, que llevaron al país de un gobierno de centroizquierda a otro de centroderecha. Nueva Zelanda dijo que excluirá a agricultura y ganadería de su plan de reducción de emisiones a cambio de buscar otras formas de reducir el metano.
En Dinamarca, el gobierno de centroderecha alcanzó un acuerdo el lunes por la noche con representantes de ganaderos, la industria y sindicatos, entre otros, y que se presentó el martes.
La iniciativa se anunció tras meses de protestas agrarias en toda Europa contra las medidas de alivio del cambio climático y regulaciones que ganaderos y agricultores afirman les están llevando a la bancarrota.
La Sociedad Danesa de Conservación de la Naturaleza, la organización de conservación natural y ambiental más grande de Dinamarca, describió el acuerdo como "un compromiso histórico".
"Hemos logrado alcanzar un compromiso sobre un impuesto de CO2, que sienta las bases para una industria alimentaria reestructurada, también más allá de 2030", afirmó Maria Reumert Gjerding, responsable del grupo, que participó en las negociaciones.
Una vaca danesa típica produce 6 toneladas métricas de equivalente a dióxido de carbono al año. Dinamarca, que es un gran exportador de productos lácteos y carne de cerdo, también gravará los cerdos, aunque producen muchas menos emisiones que las vacas.
El impuesto se aprobará en el Folketing, o parlamento, de 179 escaños, aunque se espera que salga adelante tras el amplio consenso alcanzado.
Según estadísticas oficiales danesas, para el 30 de junio de 2022 había 1.484.377 vacas en el país escandinavo, algo menos que el año anterior.