JERUSALÉN (AP) — La policía de Israel llevó a cabo una redada a primera hora del miércoles en la mezquita de Al-Aqsa, en la Ciudad Vieja de Jerusalén, y arrojó granadas aturdidoras a jóvenes palestinos que lanzaron pirotecnia en un estallido de violencia que coincide con festividades islámicas y judías. En Gaza, los insurgentes palestinos respondieron disparando cohetes hacia el sur de Israel, lo que causó repetidos ataques aéreos israelíes.
Los enfrentamientos, que se producen mientras los musulmanes celebran su mes sagrado, el ramadán, y los judíos se alistan para festejar la Pascua el miércoles en la noche, avivaron el temor a un conflicto a mayor escala. Hace dos años, choques similares dieron pie a una guerra de 11 días entre Israel y Hamas, el grupo insurgente que gobierna la Franja de Gaza.
La agencia noticiosa oficial palestina, Wafa, reportó que docenas de fieles que pasaban la noche rezando resultaron heridos en la incursión policial. El ejército israelí, por su parte, indicó que uno de sus soldados recibió un disparo en un incidente separado en Cisjordania.
La mezquita está en un complejo sagrado tanto para judíos como para musulmanes. Al-Aqsa es el tercer sitio más sagrado del islam y durante el ramadán suele estar lleno de fieles. La imagen festiva de quienes hacían picnic y rezaban en el lugar se transformó en una escena de violencia cuando la policía irrumpió en la mezquita disparando gases lacrimógenos y granadas aturdidoras que rompieron las vidrieras, y golpeando a los fieles con porras y las culatas de fusiles, según los testigos.
El lugar, conocido como Monte del Templo en el judaísmo, es también el lugar más sagrado de esa religión ya que se considera que allí se levantaban los templos judíos bíblicos. Las reivindicaciones enfrentadas alimentan las constantes tensiones que derivaron en violencia en muchas ocasiones en el pasado.
Desde el inicio del ramadán el pasado 22 de marzo, decenas de fieles musulmanes han tratado de pasar la noche en la mezquita, una práctica que suele permitirse solo durante los 10 últimos días del mes sagrado. La policía israelí ha entrado a desalojarlos, avivando las tensiones con los jóvenes palestinos que exigen poder rezar en el complejo hasta el amanecer.
Las tensiones por el control del lugar aumentaron tras los llamados de ultranacionalistas judíos a realizar el sacrificio ritual de una cabra en el recinto, imitando una antigua costumbre de la Pascua en tiempos bíblicos. Israel prohíbe estos actos en el lugar, pero los llamados de los extremistas judíos a reavivar la práctica, incluyendo ofertas de recompensas en efectivo a quien intente introducir siquiera un animal en el complejo, han aumentado el temor entre los musulmanes a que Israel esté intentando hacerse con el control del sitio. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó que está comprometido a mantener el statu quo del complejo.
Luego de que unos 80,000 fieles asistieran el martes a las oraciones vespertinas en la mezquita, cientos de palestinos se atrincheraron en su interior durante la noche para rezar. Según contaron, tras negarse a salir, la policía israelí entró en el templo y los agredió con porras.
La policía israelí dijo que intervino después de que "varios jóvenes y agitadores enmascarados que violaban la ley" llevaron fuegos artificiales, palos y piedras y se atrincheraron dentro de la mezquita. Según las autoridades, los jóvenes gritaban consignas violentas y cerraron las puertas principales.
"Después de muchos y prolongados intentos de negociar infructuosamente con ellos para que salieran, las fuerzas policiales se vieron obligadas a ingresar al complejo para sacarlos", indicó la policía.
Un video difundido por la policía mostró repetidas explosiones de fuegos artificiales en el interior de la mezquita. En un video aficionado grabado por palestinos podía verse a los agentes forcejeando con la gente y golpeándola — incluyendo un momento en el que rompen una silla sobre la cabeza de alguien — mientras se oía a una mujer gritar "Oh Dios, Oh Dios".
En el exterior, las autoridades dispersaron a grupos de jóvenes con granadas aturdidoras y balas de goma.
La policía dijo que un agente resultó herido en una pierna y unas 350 personas fueron detenidas.
A primera hora de la mañana, el complejo parecía en calma y, coincidiendo con el horario habitual de visitas matinales, se vio a unas pocas docenas de judíos religiosos en el lugar antes de la celebración de la Pascua, mientras pequeños grupos de musulmanes se congregaban a su alrededor gritando "Dios es el más grande".
Según los acuerdos vigentes, los judíos pueden visitar el recinto, pero no rezar allí. Pero estas visitas, que se han incrementado en los últimos años, han aumentado las sospechas de los palestinos, especialmente porque se puede ver a algunos judíos rezando en silencio.
En Gaza, Hamas convocó grandes protestas y la gente comenzó a salir a la calle ante los llamados a dirigirse a la custodiada frontera con Israel para manifestaciones más violentas.
En la Cisjordania ocupada, el liderazgo palestino condenó el ataque a los fieles. Nabil Abu Rudeineh, portavoz del presidente palestino, Mahmud Abás, advirtió a Israel que estos actos "cruzan todas las líneas rojas y llevarán a una gran explosión".
Los ministerios de Exteriores de Turquía, Egipto y Arabia Saudí condenaron también lo que describieron como una intrusión israelí en Al-Aqsa.
La violencia entre israelíes y palestinos se ha incrementado en el último año: el ejército israelí realiza incursiones nocturnas casi diarias en ciudades, pueblos y aldeas palestinas y los palestinos han perpetrado numerosos ataques contra israelíes.
Al menos 88 palestinos han muerto por fuego israelí este año, según un conteo de The Associated Press. Los ataques palestinos contra israelíes se han cobrado la vida de 15 israelíes en el mismo periodo.