NUEVA YORK (AP) — Pese a que tenía prohibido pronunciar alegatos finales, Donald Trump aprovechó el jueves la oportunidad de hablar en la corte al término de su juicio civil por fraude en Nueva York, y soltó una andanada de ataques en una diatriba de seis minutos hasta que fue interrumpido por el juez.
En una acción extraordinaria por parte de un acusado. Trump no sólo trató de decir sus propias conclusiones, sino que pasó por alto una pregunta del juez sobre si iba a seguir las reglas que requieren que mantenga sus declaraciones enfocadas en asuntos relacionados al juicio.
"Soy un hombre inocente", manifestó Trump. "Estoy siendo perseguido por alguien que se postuló a un cargo y creo que hay que salirse de los límites".
El juez Arthur Engoron lo dejó continuar casi sin interrupciones para lo que fue una breve recapitulación personal, y luego lo interrumpió para un receso para el almuerzo.
Las declaraciones de Trump en la corte, que no fueron transmitidas en televisión, garantizaron un tumultuoso día final para un juicio por acusaciones de que Trump exageró habitualmente su riqueza en sus estados financieros, con lo que engañó a un banco y a aseguradoras para que le dieran grandes ofertas.
Engoron dijo que esperaba tener un veredicto para el 31 de enero. Él está encargado de decidir el caso debido a que la ley estatal no permite jurados para este tipo de demandas.
La procuradora general de Nueva York, Letitia James, demandó a Trump en 2022 en virtud de una ley estatal que le otorga un amplio poder para investigar acusaciones de constante fraude en negocios empresariales. Quiere que el juez imponga multas de 370 millones de dólares y prohíba a Trump hacer negocios en Nueva York.
Y para aumentar la tensión de la jornada, los alegatos finales se produjeron horas después de que las autoridades respondieron a una amenaza de bomba en la casa del juez en los suburbios de la ciudad de Nueva York. El susto no postergó el inicio del proceso judicial, y Engoron no lo mencionó en la corte.
Trump, el favorito para ganar la candidatura presidencial republicana, ha menospreciado a Engoron durante el juicio, y lo acusó en una publicación de redes sociales el miércoles por la noche de colaborar estrechamente con James. Tanto el juez como la procuradora general son demócratas.
Los acontecimientos en la corte neoyorquina se produjeron días antes de que inicie la temporada de primarias presidenciales con los caucus de Iowa programados para el lunes.
Engoron había rechazado un inusual plan de Trump para pronunciar sus propios alegatos finales en la corte, además de las conclusiones de su equipo de abogados. El problema era que los abogados de Trump no estaban de acuerdo con la exigencia del juez de que Trump se apegara a los asuntos "relevantes" del juicio y no tratara de presentar nuevas pruebas, pronunciar un discurso de campaña o lanzar ataques personales contra el juez, James o el sistema judicial.
Después de que tres de los abogados de Trump pronunciaron argumentos finales tradicionales el jueves, uno de ellos, Christopher Kise, preguntó nuevamente al juez si Trump podía hablar. Engoron preguntó a Trump si se atendría a las normas.
Trump no acordó que lo fuera a hacer, y en lugar de ello empezó a dar sus alegatos.
"Lo que ha pasado aquí, señor, es un fraude en mi contra", manifestó Trump, afirmando que estaba siendo atacado por funcionarios que "quieren asegurarse de que no vuelva a ganar". Posteriormente, acusó al juez de no escucharlo: "Sé que esto es aburrido para usted".
"Controle a su cliente", advirtió Engoron a Kise.
Más tarde, Engoron le dijo a Trump que le quedaba un minuto, lo dejó hablar un poco más y luego levantó la sesión.
James dijo posteriormente que no le molestaron los ataques personales de Trump.
"Este caso nunca ha sido sobre política ni una venganza personal ni sobre insultar a alguien", comentó afuera de la corte. "Este caso es sobre los hechos y la ley. Y el señor Donald Trump violó la ley".
Un abogado de la fiscalía, Kevin Wallace, había alegado en la corte que "el fraude era crucial para la operación" de los negocios de Trump. Wallace afirmó que el hecho de inflar la fortuna de Trump condujo a ahorros en tasas de interés que "mantuvieron la compañía a flote" en un momento en el que estaba gastando mucho dinero en varios proyectos, aunque Kise objetó que no había ningún testimonio al respecto.
El estado insistió en que los engaños fueron intencionales y que Trump debe rendir cuentas por ellos.
"Pregúntense: ¿Habría ocurrido algo de este persistente fraude, en el transcurso de 11 años, si no hubiera sido dirigido desde arriba por el señor Trump?", señaló el abogado estatal Andrew Amer durante las conclusiones.