Washington, 7 dic (EFE).- El presidente electo de EE.UU., Donald Trump, volvió este sábado a la escena internacional con un viaje a París, donde protagonizó un peculiar apretón de manos con el presidente francés, Emmanuel Macron, y que sus seguidores de la derecha estadounidense interpretaron como un intento de "dominarlo".
El gesto tuvo lugar en los escalones del Palacio del Elíseo. Al bajar de su vehículo, Trump atrajo con fuerza la mano derecha de Macron hacia su cuerpo mientras ambos se abrazaban y estrechaban las manos con firmeza, agitándolas enérgicamente.
Aunque ambos sonreían ante los flashes de los fotógrafos, parecía que se aferraban el uno al otro con intensidad.
Al subir los escalones del Palacio del Elíseo, volvieron a posar ante los fotógrafos. En ese momento, Trump colocó su mano sobre la de Macron y la presionó hacia abajo, prolongando el apretón durante casi diez segundos en un momento tenso que no pasó desapercibido.
El episodio desató el furor de algunos seguidores de Trump, que en redes sociales dejaron claro que veían las acciones del presidente electo como un intento deliberado de intimidar a Macron.
"Ese es mi presidente", decía en X el usuario 'Johnny Maga', mientras que Miranda Devine, columnista del diario conservador New York Post, escribía: "¡Ha vuelto!". Ambos mensajes fueron compartidos por Karoline Leavitt, designada por Trump como su futura portavoz en la Casa Blanca.
Además de los comentarios en redes sociales, medios conservadores en Estados Unidos destacaron el gesto.
The New York Post tituló: "Trump domina a Macron durante tenso apretón de manos en reunión previa a la reapertura de Notre Dame", mientras que la cadena Fox resumió lo ocurrido señalando cómo Trump había "dominado" a los líderes mundiales en París.
El encuentro entre ambos líderes había despertado grandes expectativas, ya que este fue el primer viaje al extranjero de Trump desde su victoria electoral el 5 de noviembre, y Macron era el primer mandatario europeo con quien se reunía.
Este no es, sin embargo, el primer apretón de manos peculiar entre ambos líderes.
En mayo de 2017, cuando se reunieron por primera vez antes de la cumbre de la OTAN en Bruselas, ambos protagonizaron un apretón tan firme que sus nudillos se pusieron de color blanco.
Posteriormente, Macron confesó a un diario que ese gesto no fue "inocente" y que, para él, había representado un "momento de la verdad" para dejar claro a su homólogo estadounidense que no se dejaría intimidar.