BOGOTÁ (AP) — A dos días de la toma de posesión en Venezuela, el líder opositor venezolano Edmundo González está en Panamá en la cuarta escala de una gira hemisférica con la que pretende sumar respaldo a su alegada victoria electoral, mientras Nicolás Maduro perdió un respaldo clave en la región luego de que el presidente colombiano Gustavo Petro anunciara que no asistirá a la posesión presidencial tras el arresto de un defensor de derechos humanos.
Acompañado por una decena de exmandatarios de Latinoamérica y el Caribe, González se reunió el miércoles con el mandatario panameño José Raúl Mulino en el Palacio de Las Garzas —la casa presidencial— donde tras el encuentro le entregó un cuadro con una fotografía de lo que afirmó son las actas de votación que muestran su victoria en las elecciones presidenciales del 28 de julio y como "recuerdo de la voluntad de los venezolanos de hacer valer el respeto por la voluntad popular expresada".
"Venezuela vive momentos muy complicados en estos tiempos producto del empecinamiento del régimen de aferrarse al poder a pesar de haber sido ampliamente derrotado en las elecciones", manifestó González tras agradecer el respaldo. "Se robaron las elecciones abiertamente, se robaron las actas, pero no contaban con la astucia de los venezolanos de quienes estuvieron en el control de este proceso".
González, quien ha dicho que irá a Venezuela a tomar posesión presidencial, arribó la noche del martes al aeropuerto internacional de Tocumen donde lo esperó un grupo de residentes venezolanos que entonó el himno nacional de su país. Salió del exilio en Madrid el fin de semana para emprender el periplo que ya lo llevó a Argentina, Uruguay y Estados Unidos. Tiene prevista una quinta parada en República Dominicana antes de la investidura presidencial el viernes.
Mulino destacó que para Panamá se trata de un acto importante que de "simbólico no tiene nada. Es un acto de compromiso con la democracia de Venezuela y regional".
"Queremos manifestarle de manera clara que Panamá está con usted y con la legitimidad que usted representa", expresó el dirigente panameño y le deseó suerte a González en "su retorno a Caracas".
Panamá fue uno de los primeros países latinoamericanos en exigir a las autoridades de Venezuela una revisión completa de las actas con los resultados electorales tras los comicios presidenciales de los que el Consejo Nacional Electoral declaró ganador a Maduro y decidió suspender las relaciones con Caracas hasta que eso ocurriera. Reconoció poco después a González como el vencedor en las urnas.
El diplomático retirado de 75 años sumó el reconocimiento de otras naciones y ha prometido que viajará desde el exilio a Caracas para tomar posesión, aunque sin dar detalles de cuándo ni cómo lo haría. Contra él hay una orden de arresto en relación con una investigación judicial.
Maduro también asegura que ganó en las urnas un tercer periodo de seis años a pesar de que nunca presentó las actas con los resultados exigidas por la comunidad internacional y se prepara para asumir en la Asamblea Nacional, bajo control oficialista.
Petro, uno de los mandatarios más cercanos a Maduro en la región, explicó el miércoles desde su cuenta de X, antes Twitter, que no asistirá a la posesión convocada por Maduro porque considera que las pasadas elecciones en Venezuela no fueron transparentes —tras pedir por meses que se publicaran las actas de votación— ni tampoco libres, al ser celebradas en medio de bloqueos. "No podemos reconocer las elecciones que no fueron libres y esperamos que éstas puedan realizarse pronto sin bloqueos ni intimidaciones internas".
Además, Petro reprochó la reciente detención de Carlos Correa, director de la organización local Espacio Público dedicada a la defensa de los comunicadores y la libertad de expresión, así como la de Enrique Márquez, exlegislador y excandidato presidencial opositor independiente.
"Esto, y otros hechos, impide mi asistencia personal al acto de posesión de Nicolás Maduro", señaló Petro, quien mantuvo la expectativa sobre su presencia en el acto de posesión asegurando que se trataba de una decisión de jefe de Estado que no podía ser influida por sectores políticos colombianos.
Al mismo tiempo, Petro aseguró que no pretende romper relaciones diplomáticas con Venezuela ni intervenir en "asuntos internos de ese país, sin invitación". Colombia hizo parte junto a México y Brasil de un intento de mediación entre Maduro y la oposición que no dio frutos.
González llegó a Panamá después de denunciar que su yerno Rafael Tudares fue secuestrado por encapuchados el martes cuando se dirigía a dejar a los dos nietos del dirigente opositor en la escuela en Caracas.
Antes de abordar el vuelo a Ciudad de Panamá, envió un mensaje de aliento a su hija Mariana González por la red social X, antes Twitter. "¡Fuerza hija! Estoy de corazón contigo, con mis nietos y con mi querido Rafael".
"Mi yerno no ha aparecido, esto es una desaparición forzada. Por todos los secuestrados, los desaparecidos, los torturados, esta lucha también es por ustedes", agregó.
Las autoridades venezolanas no respondieron inmediatamente el martes sobre el asunto, pero al final de la tarde Maduro informó la detención durante el día de siete personas a las que señaló de "mercenarios extranjeros" que pretendían realizar "acciones terroristas" en el país. Entre ellos, mencionó que había dos ciudadanos estadounidenses.
La denuncia del secuestro recibió el rechazo internacional. El secretario general de la Organización de los Estados Americanos, Luis Almagro, repudió la detención del yerno de González y exigió su liberación mientras que Estados Unidos envió un mensaje de rechazo a la "represión y la intimidación" contra la oposición democrática de Venezuela.
La Plataforma Unitaria —con la que González concurrió a las elecciones— dijo que se trataba de una "desaparición forzada por motivos políticos" y señaló al Estado venezolano por el secuestro de Tudares frente a sus dos hijos de 6 y 7 años.
Desde Panamá, Mulino también mencionó a González que hay una comunidad de venezolanos que está haciendo su vida en el país —se estima que hay cerca de 60.000— pero que también de Venezuela procede más del 70% de los migrantes que cruzan irregularmente la inhóspita selva del Darién, en la frontera con Colombia, con rumbo a Estados Unidos. El año pasado cruzaron poco más de 300.000, un 42% menos que el año anterior.
"Es complicado eso. Eso es una versión moderna de un campo de concentración bien cuidado. Es lamentable el deterioro de las personas que llegan allí... tras un tránsito inhóspito", dijo Mulino.
Por la tarde González participará de una concentración con venezolanos residentes en Panamá.