VIENA (AP) — Los austriacos votaban el domingo en unas elecciones nacionales que la formación de ultraderecha Partido de la Libertad aspiraba a ganar por primera vez, tras canalizar la preocupación por la inmigración, la inflación, Ucrania y otros asuntos al tiempo que la derecha dura ganaba terreno en otros lugares de Europa.
El exministro del Interior Herbert Kickl, veterano estratega electoral y que lidera el Partido de la Libertad desde 2021, quiere convertirse en el nuevo canciller austriaco. Ha empleado el término "Volkskanzler", o canciller del pueblo, empleado por los nazis para describir a Adolf Hitler en la década de 1930. Kickl ha rechazado la comparación.
Pero para convertirse en el nuevo líder de Austria necesitará un socio de coalición para conseguir una mayoría en la cámara baja del parlamento, y sus rivales han dicho que no trabajarán a sus órdenes.
Su victoria tampoco es algo seguro, ya que los sondeos recientes apuntan a una carrera ajustada. Mostraban un 27% de apoyo al Partido de la Libertad, con un 25% para el conservador Partido Popular Austriaco del canciller, Karl Nehammer, y un 21% para los Socialdemócratas de centroizquierda.
Cuando acudió a votar, Nehammer dijo que "desde mi punto de vista, es importante ofrecer estabilidad como político responsable, pero también el centro político, para que los radicales no tengan una oportunidad".
Más de 6,3 millones de personas a partir de los 16 años podían votar al nuevo parlamento en Austria, un país miembro de la Unión Europea que tiene una política de neutralidad militar.
Kickl ha conseguido recabar apoyos desde las últimas elecciones parlamentarias austriacas en 2019. En junio, el Partido de la Libertad ganó por la mínima una votación nacional por primera vez, los comicios al Parlamento Europeo, en los que también otros partidos europeos de ultraderecha ganaron escaños.
En 2019, su apoyo cayó a un 16,2% tras un escándalo que derribó el gobierno en el que el grupo era el socio minoritario. El entonces vicecanciller y líder del Partido de la Libertad, Heinz-Christian Strache, renunció tras la publicación de un video grabado de forma clandestina en el que parecía ofrecer favores a una supuesta inversionista rusa.
La ultraderecha ha aprovechado la frustración de los votantes con la alta inflación, la guerra en Ucrania y la pandemia del COVID-19. También ha ganado impulso gracias a las preocupaciones en torno a la inmigración.
En su programa electoral, el Partido de la Libertad pide la "reemigración de extranjeros no invitados" para conseguir una nación más "homogénea" estrechando el control de fronteras y suspendiendo el derecho al asilo a través de una "ley de emergencia".
Gernot Bauer, periodista de la revista austriaca Profil que publicó hace poco una biografía de investigación sobre el líder de ultraderecha, dijo que durante el liderazgo de Kickl, su partido se ha movido "aún más a la derecha". Describió la retórica de Kickl como "agresiva" y dijo que algunas de sus expresiones son provocadoras de forma deliberada.
El Partido de la Libertad también pide la retirada de las sanciones contra Rusia, es muy crítico con la ayuda militar occidental a Ucrania y quiere salir de la iniciativa Escudo del Cielo Europeo, un proyecto de defensa antimisiles impulsado por Alemania.
El líder de los Socialdemócratas, un partido que ha liderado muchos de los gobiernos de Austria desde la II Guerra Mundial, se ha posicionado como el extremo opuesto a Kickl. Andreas Babler ha descartado gobernar con la ultraderecha y descrito a Kickl como "una amenaza para la democracia".
Mientras el Partido de la Libertad se recuperaba, la popularidad del PP de Nehammer, que lidera el gobierno de coalición con los ecologistas Verdes como socio minoritario, ha declinado desde 2019.