SAN JUAN (AP) — La población del sureste del Caribe necesita urgentemente alimentos, agua y refugio casi dos semanas después que el huracán Beryl arrasara la región como una tormenta de categoría 4, indicaron funcionarios el jueves al solicitar a la comunidad internacional al menos 9 millones de dólares en ayuda.
Miles de personas en Granada y San Vicente y las Granadinas se quedaron sin hogar a causa de la tormenta, que cobró la vida de al menos a siete personas y destruyó escuelas, negocios y medios de vida en el archipiélago.
"Juntos constituyen el Armagedón de Beryl", dijo Ralph Gonsalves, primer ministro de San Vicente y las Granadinas. "En cuestión de horas, islas enteras fueron diezmadas.
"En realidad no hay nada allí. Las viviendas, las instalaciones públicas... la costa, la pesca, la infraestructura turística, básicamente ya no existen", lamentó con la voz quebrada durante una rueda de prensa.
Beryl estableció un récord para la primera tormenta de categoría 4 que se forma en un mes de junio en el Atlántico, tocando tierra el primer día de ese mes en Carriacou en Granada y azotando islas cercanas.
El huracán, apenas por debajo de una tormenta de categoría 5, arrasó con redes eléctricas, destruyó sistemas de agua y mató ganado y equipos de pesca de los que dependían muchas comunidades empobrecidas en las islas afectadas para ganarse la vida.
"No hay economía", dijo Dickon Mitchell, primer ministro de Granada. "Tendremos que alimentar a la población durante los próximos seis meses".
Señaló que Beryl destruyó el 90% de todos los edificios en varias islas granadinas, incluyendo hospitales y aeropuertos.
"Necesitamos los fondos ahora", dijo. "Merecemos seguir con vida".
Naciones Unidas se sumaron al pedido de ayuda, señalando que 5 millones de los 9 millones de dólares solicitados se destinarán a Granada y el resto a San Vicente y las Granadinas en un intento por ayudar a un total de 43.000 personas.